Cuando la doctrina a favor de abolir la esclavitud apenas se conocía en el mundo, en Guatemala y Centroamérica surgió la figura de José Simeón Cañas para lograr que las Provincias Unidas de Centro América aprobaran en 1823 un decreto que terminaba con esa práctica.
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Algunos lo llaman el Libertador de Esclavos, otros lo reconocen por sus méritos académicos, pero su mayor virtud fue el humanismo que practicó a lo largo de su vida. En El Salvador y Guatemala se destaca como uno de los personajes que han escrito páginas importantes en la historia centroamericana.
José Simeón Cañas y Villacorta nació en el barrio El Centro, en Zacatecoluca, El Salvador, en el seno de una familia acaudalada. Fue el tercero de ocho hermanos del matrimonio de Pablo Cañas con Lucía Villacorta y Barahona, quienes, pensando en la educación de sus hijo, lo enviaron a estudiar a la Capitanía General de Guatemala.
Ha existido alguna polémica sobre el lugar de su nacimiento, pero los documentos históricos aclaran cualquier duda. En su partida de nacimiento, publicada por el doctor Ramón López Jiménez –uno de los más profundos investigadores de su vida y obra–, se confirma que fue en Zacatecoluca. El documento, que se encuentra en la iglesia de la comunidad, dice textualmente:
José Simeón hijo legítimo de don Pablo de Cañas y doña Lucía Villacorta, nació a diez y ocho de febrero de éste. Hoy 21 de dicho mes de este año 67, puse óleo y crisma habiéndole echado agua por necesidad el Dr. Juan Eugenio Verastegui. Fue su padrino el Br. Don Indalecio de Villacorta y lo firmé: José de Ancheta y Castillo.
José Simeón se matriculó en el colegio San Francisco de Borja, en donde se graduó como bachiller en Filosofía. Desde su juventud mostró una inquietud muy fuerte por seguir superándose. De inmediato ingresó a la Universidad de San Carlos, en donde obtuvo los títulos de licenciado y luego doctor en Teología. También fue rector de ese centro educativo.
Con apenas 26 años lo nombran vicerrector del colegio-seminario de Guatemala, en donde también impartía la cátedra de Filosofía.
De acuerdo con el estudioso salvadoreño René Alberto Contreras, Cañas y Villacorta tenía fama de orador incansable y la mostró en todos los procesos de graduación a los que se sometía en los que eran necesarias las exposiciones orales. Los jurados tenían que indicarle que eran suficientes sus argumentaciones y tesis planteadas, pues generalmente sobrepasaba el tiempo que le otorgaban para hacer esas intervenciones, que eran públicas.
El presbítero y doctor Cañas y Villacorta fue encargado en 1823 de integrar una comisión especial nombrada por la Asamblea Nacional Constituyente para revisar el Pacto de Iguala. Las resoluciones de aquella comisión sirvieron para que Centroamérica conquistara su absoluta libertad. El fogoso orador pidió el 31 de diciembre de ese mismo año, ante la Asamblea Constituyente, que se decretara la abolición de la esclavitud en las Provincias Unidas de Centro América. Él abogaba por la igualdad de las personas.
En su discurso de ese día, José Simeón Cañas dijo: Vengo arrastrándome, y si estuviera agonizando, agonizante vendría para hacer una proposición benéfica a la humanidad desvalida. Con toda la energía con que debe un diputado promover los asuntos interesantes a la Patria, pido ante todas las cosas y en la sesión del día se declaren ciudadanos libres a nuestros hermanos esclavos, dejando salvo el derecho de propiedad que legalmente prueben los poseedores de los que hayan comprado y quedado para la inmediata discusión la creación del fondo de indemnización de los propietarios.
Logró la abolición de la esclavitud solamente después de que lo hicieran Portugal (1761) y Francia (1794), pero antes del Reino Unido (1833) y Estados Unidos (1863).
En El Salvador, cada 18 de febrero se realiza en Zacatecoluca un acto cívico para conmemorar a este gran hombre, que compartió además la fortuna heredada de su familia con los pobres. En Guatemala, una de las calzadas más importantes de la capital lleva su nombre.