Lejos de sus tierras, los nubios resucitan su lengua

Fatma Addar, de 23 años, creció en una familia nubia, escuchando las historias de los lejanos días en los que la vida giraba en torno al Nilo, pero no habla el idioma, muy poco utilizado.

«La gente a menudo me pregunta cómo puedo ser nubia si no hablo nuestra lengua (…). Esto siempre me ha planteado un problema», lamenta Addar, que habla árabe.

Esta habitante de Asuán (sur) pertenece a la principal minoría étnica de Egipto: los nubios, con raíces en el sur del país y el norte del actual Sudán.

Desde los años 1960, las tierras de la antigua Nubia quedaron sumergidas en gran parte por las aguas del lago Nasser, nacido de la construcción de la Alta Presa de Asuán, un proyecto monumental lanzado por el presidente Gamal Abdel Nasser e inaugurado en 1971.

A falta de cifras oficiales, los expertos y asociaciones nubias estiman que en la actualidad representan entre tres y cuatro millones de los más de 100 millones de egipcios.

Cuando se construyó la represa, varias decenas de miles de personas, según las asociaciones, una parte importante de la población nubia de la época, tuvieron que irse de las orillas fértiles del Nilo hacia el campo árido del sur o hacia las grandes ciudades, e integrarse progresivamente. Hasta adoptar su lengua.

«Marginación cultural»

Aunque los planes de estudios incluyen lenguas extranjeras, el nubio y el bereber, minoritarias, no se enseñan en los colegios egipcios.

Para el investigador Husein Kobbara, de 63 años, esto es «claramente una marginación cultural» de los nubios.

«Esto debilita nuestra identidad», añade el profesor, de origen nubio.

AFP / Khaled Desouki Unas niñas nubias juegan en la calle en la localidad egipcia de Abu Simbel, cerca de la frontera con Sudán.

Addar, como la mayoría de los nubios de su generación, escuchó hablar en la lengua de sus antepasados en contadas ocasiones, generalmente de boca de ancianos, los últimos guardianes de este idioma ancestral.

«Nuestra integración en la sociedad de habla árabe ha hecho desaparecer poco a poco la necesidad de hablar nubio», lamenta la joven.

La lengua nubia, cuyos orígenes se remontan a miles de años, estaba presente en Egipto en dos dialectos muy diferentes entre sí.

Se ha transmitido por vía oral y actualmente se transcribe en un alfabeto de 24 letras cercano al griego, desarrollado por un equipo de investigadores en los años 1990.

Debido a su rareza, este lenguaje se usó como código militar en el ejército egipcio durante la guerra de 1973 contra Israel.

«Cuentos»

En los últimos años, la comunidad nubia ha decidido recuperar su patrimonio linguístico mediante las nuevas tecnologías.

«Grabamos a los nubios ancianos que nos cuentan las costumbres y leyendas de sus antiguas aldeas, y después sacamos las expresiones», explica a la AFP Hafsa Amberkab, una empresaria nubia.

Esta iniciativa, titulada «Komma Waidi» («Cuentos de antaño», en nubio), se propone documentar una tradición oral de historias y fábulas.

En uno de los vídeos -algunos de ellos disponibles en las redes sociales- una anciana baña a un recién nacido en el Nilo siete días después del nacimiento para bendecirlo y protegerlo, según un viejo ritual de bautismo nubio.

AFP / Khaled Desouki Una nubia vende souvenirs en la localidad egipcia de Gharb Suhail, cerca de Asuán.

Desde 2019, Amberkab y Addar también trabajan en un diccionario ‘kenzi’, uno de los dialectos del nubio que se hablaban en Egipto, que incluye 230 palabras transcritas al alfabeto árabe y traducidas al árabe, inglés y español.

Aplicación móvil

En 2017, el programador Momen Talush creó la aplicación móvil «Nubi» para aprender los dos dialectos nubios.

«Yo no los hablo con fluidez porque siempre he vivido en Alejandría» (norte), afirma, aunque reivindica su pertenencia a Nubia.

Con 3,000 usuarios habituales y descargada más de 20.000 veces, la aplicación propone aprender con juegos, canciones y proverbios transcritos al alfabeto nubio moderno y traducidos al árabe.

Las canciones alternan entre las melodías alegres, cantadas tradicionalmente en fiestas familiares y bodas, y otras cargadas de melancolía.

«Hijo mío, tú que vas a la aldea, piensa en mí cuando estés allí y salúdala por mí», dice una de ellas.

Los nubios reclaman desde hace tiempo un «derecho al retorno» y en 2014 obtuvieron la inclusión de esta reivindicación en la Constitución egipcia.

Aunque el texto les garantiza «un retorno en diez años», por el momento no se ha tomado ninguna medida concreta.

Paralelamente, el territorio de la antigua Nubia que no se inundó ha sido progresivamente controlado por el ejército, cuyo papel crece en la economía egipcia.

Indemnización parcial

AFP / Khaled Desouki Unos niños nubios llevan a unos camellos por un callejón en la localidad egipcia de Gharb Suhail.

La historia reciente de los nubios está marcada por sucesivas olas de desplazamientos de la población.

Las distintas etapas de la construcción de la antigua represa (1902, 1912, 1933), construida bajo el protectorado británico a finales del siglo XIX, dieron lugar a las primeras evacuaciones, que culminaron con la construcción de la Alta Presa de Asuán en los años 1960.

En 2017, varias sentadas y marchas «para el regreso» en el sur desembocaron en la detención de unos 20 manifestantes nubios.

El año pasado, el gobierno anunció medidas parciales de compensación que prevén indemnizaciones financieras o la entrega de viviendas sociales a varios miles de nubios.

Pero los militantes de la causa nubia estiman que estas acciones no pueden reemplazar su derecho al retorno.

«Siempre será nuestro sueño y debemos mantener nuestra lengua viva hasta que podamos reinstalarnos en nuestra tierra», afirma la empresaria Hafsa Amberkab. «De lo contrario será un regreso sin alma».

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