Representantes de las tres religiones monoteístas -cristianismo, judaísmo e islam- firmaron y entregaron al papa Francisco un documento en el que se pronuncian contra la eutanasia y la muerte asistida, considerados «moral e intrínsicamente incorrectos».
Esas prácticas deben ser «prohibidas sin excepción» y «cualquier presión o acción sobre los pacientes para incitarlos a terminar con sus propias vidas es categóricamente rechazada», reza el documento.
Los representantes de las «religiones abrahámicas», el rabino David Rosen, director de Asuntos Religiosos del Comité Judío Americano; el obispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida; el representante Metropolitano (ortodoxo) de Kiev, Hilarión; y el presidente del Comité Central de la Muhammadiyah de Indonesia (Asociación Sociocultural Musulmana), Samsul Anwar, rubricaron el texto solemnemente en el Vaticano.
La idea de la declaración fue propuesta al papa por el rabino Avraham Steinberg, copresidente del Consejo Nacional de Bioética de Israel.
El documento también autoriza la objeción de conciencia para el personal del sector de la salud en todos los hospitales y clínicas.
«Ningún operador de salud debe ser coaccionado o presionado para ayudar directa o indirectamente a la muerte deliberada e intencional de un paciente por muerte asistida o cualquier forma de eutanasia», precisa el texto.
Ese derecho debe ser «universalmente respetado», aún «cuando tales actos han sido declarados legales a nivel local o para ciertas categorías de personas».
En Italia, el Tribunal Constitucional despenalizó recientemente la muerte asistida, la cual puede considerarse legal si se cumplen una serie de condiciones.
El documento pide «una presencia calificada y profesional para los cuidados paliativos, en todas partes y accesible a todos».
«Incluso cuando es difícil soportar la muerte, estamos comprometidos moral y religiosamente a proporcionar consuelo, alivio del dolor, cercanía y asistencia espiritual a la persona que está muriendo y a su familia», reconocen los firmantes.
Bajo el principio de que «la vida merece ser respetada hasta su fin natural», las tres religiones prometen «apoyar las leyes y políticas públicas que defienden los derechos y la dignidad de los pacientes con enfermedades terminales para evitar la eutanasia y promover cuidados paliativos».
También se comprometen a proporcionar la «máxima información y ayuda a quienes enfrentan enfermedades graves y la muerte».
Las tres religiones desean «sensibilizar a la opinión pública sobre los cuidados paliativos a través de una capacitación adecuada y la implementación de recursos para el tratamiento del sufrimiento y la muerte», aseguraron.