Últimamente, se han observado tendencias de consumo en los distintos canales de distribución centroamericanos, que los fabricantes y comercios deben tomar en cuenta especialmente durante el fin de año, según la firma interncional Kantar Worldpanel. Presentamos las seis principales modificaciones a la conducta del comprador:
Estuardo Gasparico M.
egasparico@cronica.com.gt
Lo primero que mostró el estudio Consumer Reality, desarrollado en julio pasado, fue que los consumidores centroamericanos están buscando formas para resguardar sus gastos, lo que ha generado una tendencia creciente en las marcas top de replantear su portafolio y ofrecer productos accesibles al comprador de la región.
El comportamiento de la canasta en los hogares centroamericanos logró recuperarse 3 por ciento en valor y está aumentando el consumo de los hogares en alimentos procesados, lácteos, bebidas y artículos para el hogar, mientras que los productos para el cuidado personal, se mantienen a la baja, contrayéndose 2 por ciento. Costa Rica empieza a recuperarse, creciendo 1 por ciento en el valor de la canasta, mientras que en Guatemala y El Salvador, el valor creció 3 por ciento, explicó la gerente de Kantar para Guatemala, Vivian Gálvez.
Seguimos viendo que los hogares visitan más veces los puntos de venta o lugares de compra, pero cada vez están gastando menos dinero en estas visitas: la frecuencia de compra aumentó 10 por ciento, pero el desembolso disminuyó 8 por ciento, resumió, antes de presentar el siguiente detalle:
Todos buscan precios bajos
Esto se manifiesta en el hecho de que todos los niveles socioeconómicos (NSE) especialmente en Guatemala, El Salvador y Honduras, están comprando productos que cuestan menos de US$1 o su equivalente en las siguientes proporciones: AB, 14 por ciento; C, 38 por ciento; y D, 48 por ciento.
Lo anterior se observa más en la compra de alimentos, bebidas, artículos para el hogar, lácteos y cuidado personal, respectivamente, lo que ha afectado a las marcas premium o de lujo, pues cada vez más personas buscan lo más barato.
Pero el producto accesible no es siempre sinónimo de precio bajo, pues algunas marcas de prestigio se resisten a bajar sus precios, por razones de imagen, pero han logrado crecer con presentaciones como la super barra o los envases/empaques tipo bolsas de plástico con tapa, que han sustituido a las botellas o garrafas. La frecuencia de compra de estos productos ha subido de 31 por ciento en 2011 a 41 por ciento en 2015.
En el caso de los comestibles que hace pocos años solo estaban disponibles en latas (como los frijoles volteados), hoy se encuentran en doy pack o empaques de papel metalizado, lo que ha ganado el 57 por ciento del mercado. Esto también ocurre con las compotas, anteriormente disponibles solo en pequeños frascos de vidrio; y en los cereales, cuyos contenido en cajas grandes, hoy se distribuyen en sobres.
Otros ejemplos son los empaques flexibles como los sobrecitos de shampoo y empaques de papel higiénico con menos rollos, categoría que hoy tiene más clientes y no solo de estratos de ingresos bajos, sino también de medios y altos.
Una tendencia más es que los productos accesibles no sólo están presentes en las tiendas o minisúper, pues en los supermercados, la inclinación a estos productos ha venido también en crecimiento (61 por ciento), por lo que todas las grandes tiendas han optado por abrir establecimientos tipo bodega, al estilo Despensa Familiar.
El fenómeno de las marcas privadas
Hasta hace 5 años, en Guatemala los productos marca Suli eran vistos con desconfianza, pues existía la idea generalizada de que se trataba de artículos vencidos, de mala calidad o «pirateados».
Sin embargo, poco a poco los compradores se han dado cuenta de que se trata de los mismos bienes producidos por las compañías originales, a los que solo se les compró una parte de la producción, para cambiarle de marca. Y lo mejor, a precio mucho más bajo, por lo que en el último año han ganado 14 puntos en la preferencia de los consumidores y hoy compiten al lado de los artículos de marcas originales.