La última semana de fichajes reserva emociones fuertes
Isco Alarcón juega sus cartas. En el primer encuentro oficial del Real en Anoeta, Zidane marcó la jugada: Isco está por delante de James Rodríguez, pero por detrás de Modric y Marco Asensio. Así de claro. Un revés en toda regla que ha encontrado una respuesta clara en Alarcón.
El ex del Málaga hace de tripas corazón. Cualquier decisión precipitada puede ser terrible tras llevar un par de temporadas comiendo banquillo en el Real. En el entorno del jugador se impone una máxima: tras perderse la Eurocopa por falta de minutos, ya no viene de un puñado de meses más. El último año se fue al retrete y, ahora, quiere jugar las cartas con estrategia.
En Inglaterra las bofetadas por hacerse con Alarcón van que vuelan. Juventus, Arsenal, Chelsea y, muy especialmente, el City de Pep Guardiola están dispuestos a liberar al futbolista del Bernabéu en la recta final del mercado o, ojo, en el próximo mercado de invierno. Una opción esta última que seduce a Isco. Una salida que llenaría los bolsillos del malagueño con cifras que multiplican sus actuales emolumentos en el Real, a la vez que le darían un protagonismo en el campo que, por el momento, el Madrid le niega.
Dicho esto, la pelota está en el tejado blanco. Isco no niega su continuidad en el Real, pero marca una condición indispensable para sentarse a valorar esta opción como ganadora: un aumento de ficha que lo coloque en un escalafón superior en la plantilla. Si el Real se rasca el bolsillo, se olvidará de Inglaterra. De no ser así, forzará su salida antes del 31 de agosto o en invierno. Dinero o portazo.