Las prótesis de bajo costo que vuelven a poner en pie a amputados en India

En India existe una especialidad que llegó hasta África, unas prótesis tan ingeniosas como rudimentarias, que apenas cuestan 50 euros y vuelven a poner en pie a miles de amputados desde hace décadas.

Vishnu Kumar creía que su vida se había acabado cuando perdió los antebrazos y las piernas al electrocutarse.

Pero a este joven indio van a ponerle una de estas legendarias prótesis, fruto del ingenio de este país y lejanas a las soluciones habituales de varios miles de euros.

«Estaba hundido al pensar que pasaría el resto de mi vida con muletas», reconoce Vishnu, de 22 años, mientras retiene las lágrimas antes de una sesión para probar su nueva prótesis en Jaipur, capital del estado indio de Rajastán (norte).

«Estos miembros me dan nuevas esperanzas», confía este electricista, que perdió los suyos en un accidente cuando operaba una línea de alta tensión.

Alrededor de 10 millones de Indios viven con algún tipo de minusvalía motriz, y es habitual ver discapacitados pidiendo dinero junto a los semáforos de este país de 1.250 millones de habitantes.

– Adaptadas a la vida diaria –

Los «pies de Jaipur», lanzados en 1975, se hicieron famosos y empezaron a venderse más allá de las fronteras indias, ya fuera en Asia, África o en islas del Pacífico.

Desde que comenzaron a producirse se han vendido 25.000 prótesis.

Los «pies de Jaipur» los produce a diario con un bajo costo una pequeña obra caritativa.

Las prótesis, hechas principalmente en plástico, se adaptan a las necesidades de la vida diaria en India, una sociedad aún muy rural, como trabajar en el campo, ponerse de cuclillas para defecar o sentarse en el piso con las piernas cruzadas.

A través de procesos de fabricación industrial, «la tecnología que usamos permite fabricar un miembro muy, muy deprisa», explica Devendra Raj Mehta, octogenario fundador de Bhagwan Mahaveer Viklang Sahayata Samiti (BMVSS), la organización que está detrás de los «pies de Jaipur».

Este modelo patentado permite un movimiento de tobillo y, a diferencia de la mayoría de las prótesis, puede llevarse sin calzado, una ventaja en un país en el que templos y mezquitas requieren entrar a su interior con los pies descalzos.

Con el uso, la pierna artificial se va deformando. En ese caso, se puede cambiar de forma gratuita.

«Es mi cuarta pierna y no tuve que pagar un centavo. Es como si cambiara de zapatos», celebra Rajkumar Saini, de 50 años, quien perdió una pierna en un accidente de tránsito hace 13 años.

– Impresión en 3D –

Las prótesis se adaptan también a los avances tecnológicos.

En asociación con la universidad estadounidense de Stanford, sus creadores desarrollaron una rodilla artificial de nailon capaz de lubricarse sola, y que fue considerada por la revista norteamericana Time como uno de los 50 inventos más importantes del planeta.

A penas cuesta 17 euros (unos 20 dólares), mientras que en Estados Unidos las rodillas artificiales se cobran a 10.000 dólares.

Jaipur también intenta fabricar manos artificiales con impresión 3D.

Para BMVSS, la situación financiera, que depende de las donaciones, sigue siendo un desafío constante. Su fundador, Devendra Raj Mehta, se muestra no obstante optimista.

«Creo firmemente que si un 1% de la gente de este país, o del mundo, siente compasión, vamos a sobrevivir».

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