El palmarés de los Nobel sigue siendo mayoritariamente masculino, en particular en las ciencias, aunque las mujeres empiezan a despuntar, como lo demuestran las tres premiadas en la edición de 2020.
Marie Curie, la Madre Teresa o Malala figuran entre el 6.1% de las mujeres galardonadas con un Nobel desde 1901. Una escasa cosecha entre 931 laureados, si se excluyen instituciones (según una base de datos de la AFP).
Las últimas en recibir el premio son la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, que lograron el Nobel de Química este miércoles. La estadounidense Andrea Ghez recibió el de Física el martes.
Nobel de Paz y Literatura
Por categorías, el Nobel de la Paz es el que ha sido más generoso hasta la fecha con las mujeres: un 15.9% de los galardonados son mujeres, seguido del de Literatura, con 12.9%.
En cambio, en Física solo hay 1.9% de mujeres, 3.8% en el de Química, en Medicina son 5.4% y en Economía un 2.4%.
Esta edición es la segunda solamente, desde 2009, en la que tres mujeres obtienen los Nobel científicos: Medicina, Física y Química.
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Y esa situación desigual se repite con los comités de selección.
Aunque Suecia y Noruega (que entrega el Nobel de la Paz) están orgullosos de su reputación como defensores de la igualdad de género, en los comités de los Nobel, las mujeres representan solo una cuarta parte de los miembros.
Este año en Estocolmo solo hay hombres al frente de los comités.
Y los comités de Economía (dos mujeres de 11 miembros), de Química (tres de diez), de Medicina (cuatro de 18), y de Física (una de siete) están lejos de la paridad. El de Literatura (dos de siete) no escapa a la norma.
Para Eva Olsson, la única mujer del comité de Física, la explicación es sobre todo matemática, debido a las pocas mujeres en su disciplina.
En los comités, la proporción de mujeres ha aumentado en los últimos años. «Está claro que la situación mejora progresivamente pero lentamente», reconoce Göran K. Hansson, secretario general de la Real Academia de Ciencias.
La excepción
En Estocolmo, los comités proceden principalmente de su institución de referencia: la Academia Sueca de Literatura, la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo para Medicina y la Real Academia de Ciencias para Física, Química y Economía.
Estos pequeños grupos no tienen la última palabra sobre la elección final de los galardonados, que compete a su academia en su conjunto, pero se encargan de preparar la lista de los posibles ganadores.
Para el premio de la Paz, el Parlamento noruego, teniendo en cuenta el equilibrio de fuerzas políticas, designa a los cinco miembros del comité que se ocupan de examinar a los candidatos y de elegir a los ganadores.
Es la excepción en cuanto a paridad de género: en las últimas décadas las mujeres han dominado, a veces con cuatro de los cinco puestos.
Este año, sin embargo, solo hay dos mujeres, pero una es la presidenta del comité.
Desde 2001, 24 mujeres han ganado un Nobel, en comparación con 11 en las dos décadas anteriores.
De por vida
«Quizá en los últimos diez-veinte años haya comenzado a ser más equilibrado» entre los profesores, dice.
En instituciones dedicadas al progreso, el proceso de feminización se ve frenado por otro parámetro: en la mayoría de las academias de las que salen los comités, los miembros son elegidos de por vida.
Los miembros del comité noruego en cambio son nombrados por seis años. Hubo que esperar a 1948 para que una mujer entrara pero últimamente fueron mayoritarias, tanto que se gastaban bromas sobre la necesidad de cuotas de hombres.
Las ciencias pueden tener la excusa de seguir siendo muy masculinas pero ¿por qué la literatura se queda a la zaga?
El comité sólo cuenta con dos mujeres, dos expertas de las cuales ninguna es titular de pleno derecho en la Academia Sueca, desde que la escritora Kristina Lugn murió este año.
«Nos esforzamos por lograr un equilibrio entre los sexos», asegura Mats Malm, secretario del comité. «Al constituir el comité (…) no se pudo lograr un equilibrio perfecto», reconoce.
La primera mujer en convertirse en secretaria perpetua de la Academia Sueca, Sara Danius, dejó el cargo en 2018 tras el escándalo que sacudió a la institución.