por Katy Lee
Se visten como celebridades y se están imponiendo en las pasarelas y alfombras rojas del planeta. Son las «influencers», invitadas indispensables por sus hordas de seguidores en Instagram y Youtube.
Junto a Nicole Kidman, Will Smith y todo un firmamento de estrellas, la bloguera sobre temas de belleza Amanda Steele, de 17 años (2,8 millones de seguidores en YouTube), y su colega suiza Kristina Bazan (2,4 millones en Instagram), se dejaron ver esta semana por el Festival de Cannes.
Maja Malnar, que vive de su blog con 264.000 adeptos en Instagram, admite que no fue fácil explicar a su madre en Eslovenia en qué consistía ser una «influencer» en las redes sociales.
Empezó años atrás publicando en la red social mensajes sobre sus «looks» diarios y anécdotas sobre sus viajes. Ahora forma parte de una flamante industria llamada «influencer marketing», en la que las marcas tratan de aprovechar la influencia de estos blogueros introduciendo sus productos en sus publicaciones.
«Es un buen negocio, no me puedo quejar», dice a la AFP Malnar.
Esta rubia, de una veintena de años aunque se niega a precisar su edad, tiene previsto desfilar este viernes en la alfombra roja del Festival, gracias a un acuerdo con una importante empresa de tarjetas de crédito y al diseñador que le proporcionó el vestido. Luego, tendrá que hablar de ello en su post.
– El negocio redondo de las marcas –
«Somos empresarios. Vimos que había un agujero en el mercado y lo capitalizamos», dice su amiga Lorna Andrews, una ex azafata británica que se define modestamente como una «influencer de nivel medio», con 464.000 seguidores en Instagram.
Las marcas siempre han sido conscientes de la brillante oportunidad comercial que brinda el Festival de Cannes. Los diseñadores de moda y complementos compiten por prestar sus creaciones a las estrellas, asegurándose así una exposición mediática mundial.
La llegada de las «influencers» es susceptible de ampliar cuantiosamente ese tipo de ingresos.
Edouard Hausseguy, un francés de 27 años, se dio cuenta hace un año y medio del potencial económico. Fundó su agencia, Hemblem, para representar a cualquier internauta con al menos 30.000 seguidores, negociando por ellos con las marcas a cambio de una comisión.
«Esta gente se comunica con millones de personas con solo una foto», explicó Hausseguy a la AFP en una entrevista en un yate amarrado en el puerto de Cannes.
En ocasión del Festival, Hemblem puso un palacete a disposición de las «influencers», cuya jornada consiste en asistir a los eventos más glamurosos y a publicar intensamente en línea.
El cofundador de la empresa, Thomas Elliott, explica que las marcas se percataron de que los blogueros, gente normal y corriente, son anunciantes ideales, porque el consumidor se identifica fácilmente con ellos.
– 100.000 dólares por una publicación –
A un bloguero se le puede retribuir por una sola publicación, «la tarifa depende del número de seguidores», dijo Joe Gagliese, cofundador de Viral Nation, una agencia rival basada en Toronto.
«Si tienes más de cinco millones, podrían ser unos 100.000 dólares».
Con 13 millones cada una, las supermodelos Bella Hadid y Emily Ratajkowski son las reinas de Instagram en Cannes. Sus publicaciones muestran la alfombra roja pero también detalles de lo que sucede entre bastidores, como Hadid bebiendo champán antes del estreno de una película en competición. En un post así, se menciona hasta la marca del maquillaje y de las joyas que lleva.
Pero las «influencers» menos populares admiten que tienen preocupaciones como el resto de los mortales, a saber, cuándo recibirán la próxima llamada para asistir a un evento, y algunas venden la ropa que les regalan las marcas para llegar a fin de mes.
Ni Andrews ni Malnar piensan dedicarse toda su vida a esta actividad, en manos de mujeres de entre 18 y 30 años.
Los expertos señalan por su parte que el uso intensivo de Instagram puede provocar depresión y ansiedad entre los jóvenes, al comparar sus vidas tan normales con las de la jet set.
Bajo un video de Hadid vestida de Roberto Cavalli, una seguidora publicó: «Ojalá pudiera ser ella, ¡aunque solo fuera por un día!»
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