Corea del Sur y su vecino del norte se aliaron para lanzar un mensaje esperanzador en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Invierno de Pyeongchang-2018 con las dos delegaciones desfilando juntas, poco después de que sus dirigentes se saludaran en la tribuna.
Los casi 150 deportistas de ambos países, 22 de ellos de Corea del Norte, dieron la vuelta al estadio detrás de una bandera unificadora con el mapa de la península en azul sobre fondo blanco.
Poco antes del inicio de la ceremonia de apertura, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y la hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, Kim Yo Jong, se saludaron.
El presidente surcoreano se acercó al lugar donde estaba la delegación norcoreana y estrechó la mano de Kim Yo Jong, primer miembro de la dinastía comunista que gobierna Corea del Norte en viajar a Corea del Sur.
Durante toda la ceremonia hubo constantes guiños a la paz, como el tema ‘Imagine’ de John Lennon, una oda a la convivencia, cantada por cuatro conocidos cantantes surcoreanos.
«Declaro inaugurados los Juegos Olímpicos de Pyeongchang», dijo Moon Jae-in, el presidente surcoreano, desde la tribuna.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) aplaudió los gestos de las dos Coreas en la ceremonia y durante los Juegos, ya que un equipo unificado femenino de hockey sobre hielo, participará en Pyeongchang, y dos de cuyas componentes participaron en el encendido del pebetero olímpico.
– Mensaje entusiasta de Bach –
«Ustedes nos inspiran a todos nosotros a vivir juntos en paz y armonía pese a todas nuestras diferencias. Ustedes nos inspirarán compitiendo por el más alto honor en el espíritu olímpico de la excelencia, respeto y fair play», dijo el alemán.
«Un gran ejemplo del poder unificador es el desfile juntos aquí esta noche de los dos equipos de la comités olímpicos nacionales de la República de Corea y de la República Democrática Popular de Corea. Les damos las gracias», añadió.
«Todos los atletas alrededor mío, todos los espectadores aquí en el estadio y todos los aficionados del olimpismo que están viendo la ceremonia alrededor del mundo … están emocionados con este maravilloso gesto. Todos nosotros nos unimos a ustedes y los apoyamos en su mensaje de paz», concluyó Bach.
Tras el período del 9 al 25 de febrero, fecha de la conclusión de los Juegos, se verá si estos guiños a la distensión son sólidos de cara al futuro.
El sábado, están programadas conversaciones de altos dirigentes de ambos países.
Aunque antes de la ceremonia, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, esquivó una cena organizada en estos actos.
Pence tendría que haber compartido la misma mesa que los jefes de Estado surcoreano y norcoreano.
Pero un portavoz de la presidencia surcoreana explicó que habría llegado tarde, había «saludado a los que estaban en la mesa de honor, partiendo sin sentarse».
– Golpe duro para Rusia –
Si las dos Coreas y el COI pueden estar satisfechos de las señales de distensión de ambos países, que siguen teóricamente en guerra desde 1953 al no haberse firmado ningún tratado de paz desde el acuerdo de armisticio de ese año, en Rusia la decepción es evidente.
Detrás de una bandera con los cinco aros olímpica y bajo la denominación de Atletas Olímpicos de Rusia (OAR), desfilaron los casi 170 deportistas de este país a los que el COI ha permitido participar.
Pocas horas antes de la ceremonia, la apelación de 47 deportistas rusos que deseaban participar en los Juegos fue rechazada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Entre estos deportistas y entrenadores figuran la estrella rusa de short-track, Viktor Ahn, séxtuple campeón olímpico, o el biatleta Anton Shipulin.
El COI celebró la decisión «con satisfacción» y dijo que ésta «apoya la lucha contra el dopaje y clarifica las cosas para todos los deportistas», concluyó el presidente del COI.
Poco después los 47 deportistas renunciaron a acudir en urgencia a la justicia suiza, cerrando a priori sus opciones de estar en la edición olímpica.
Esta suspensión, decidida el 5 de diciembre, es consecuencia de la puesta en práctica de un sistema de dopaje institucionalizado en Rusia, particularmente en los Juegos de Invierno de Sochi-2014.
De este modo, unos 2.990 deportistas de 92 países lucharán por los 102 oros en juego.