La persistente violencia, la inseguridad alimentaria y la negligencia de las autoridades han llevado a que la de República Democrática del Congo sea «una de las peores crisis del siglo XXI» y, al mismo tiempo, de las más olvidadas. Encabeza un listado elaborado por el Consejo Noruego para los Refugiados (NCR) y que está protagonizado por África, aunque también se cuelan los casos de Venezuela y Honduras.
La ONG ha elaborado un resumen de las 10 crisis que, en su opinión, permanecen alejadas del gran foco de interés un mundial, lo que en la práctica se traduce en poca atención diplomática y mediática y menos fondos. En estos contextos, la pandemia de COVID-19 no ha hecho sino llevar aún más al límite a miles de personas sin apenas intervención externa.
Violencia, hambre y negligencia
El secretario general del NRC, Jan Egeland, ha resumido que en la RDC se da «una combinación letal de violencia creciente, niveles récord de hambre y una completa negligencia», lo que «ha desatado una mega crisis que requiere una mega respuesta». En este sentido, ha señalado que «millones de familias que están al borde del abismo parecen olvidadas por el mundo exterior».
La zona este del país se ha visto sacudida por múltiples ataques que sólo en 2020 provocaron un desplazamiento masivo –de media, 6,000 personas abandonaron su hogar cada día–. Ahora, la atención se centra en la actividad de un volcán que ya ha destruido miles de viviendas y ha dejado más de una treintena de muertos.
«Los congoleños se ven golpeados por un crisis de dimensiones volcánicas cada día debido a la violencia y el conflicto. Lamentablemente, cuando no hay erupciones volcánicas, los miles que huyen de sus casas cada día pasan desapercibidos», ha denunciado Egeland, que ha presentado este miércoles el informe precisamente desde Goma, en el este de la RDC.
Veinte millones de humanos necesitados
Se estima que 20 millones de congoleños necesitarán este año ayuda y protección y la ONU ha solicitado 2,000 millones de dólares para atender a la mitad de ellos. Sin embargo, este llamamiento apenas está financiado al 12 por ciento, una carencia recurrente por otra parte ya que, por primera vez en lo que va de siglo, los llamamientos humanitarios internacionales no estuvieron cubiertos en 2020 ni siquiera en un 50 por ciento.
El país africano alberga a más personas hambrientas que ninguna otra parte del mundo, ya que las organizaciones internacionales calculan que 27 millones de congoleños —entre ellos tres millones de niños– sufren inseguridad alimentaria. Uno de cada tres ciudadanos no tienen suficiente comida que llevarse a la boca.
Además, República Democrática del Congo registró en 2020 2 millones de nuevos desplazados y la cifra de desplazados internos supera ya los 5 millones, a los que se sumaría el millón de personas que han huido del país. «No podemos permitir que millones de desplazados congoleños sigan sufriendo en la sombra. Debe relanzarse una responsabilidad colectiva y compartida para poner fin a la miseria de millones de personas de una vez por todas», ha sentenciado el responsable del NRC.
Los dos países de América Latina
La lista que elabora anualmente el NRC está dominada de nuevo por África e incluye entre las diez grandes crisis olvidadas a Camerún, Burundi, Nigeria, Burkina Faso, Etiopía, República Centroafricana y Malí. Sin embargo, en el informe también figuran Venezuela y Honduras, ambos situados en América Latina.
Venezuela
Sube del quinto al cuarto puesto, fruto de una crisis cuya solución parece estancada pero que deja datos inéditos en la región, con uno de cada tres venezolanos en situación de inseguridad alimentaria y un 30 por ciento de niños desnutridos. Más de cinco millones de personas han escapado del país desde 2014, lo que supone la segunda peor crisis de desplazamiento del mundo.
En 2020, la ONU recibió menos del 40 por ciento de los fondos requeridos para su plan de ayuda humanitaria y, en el terreno político y diplomático, la situación sigue prácticamente igual que hace un año, con dos polos rivalizando por el poder y sin que los llamamientos internacionales hayan servido para solventar el actual bloqueo.
Honduras
aparece por primera vez en este informe de NRC, tras un año en el que el país centroamericano se vio golpeado por varios huracanes que añadieron nuevas necesidades a un contexto ya lastrado por la cronificación de la falta de alimentos, la violencia de las bandas criminales, el alto nivel de desempleo o la violencia machista, entre otros retos.
En el caso de Honduras, las donaciones internacionales apenas cubrieron el 34 por ciento de los fondos reclamados y la ONG noruega cree que responde a la falta de atención que tradicionalmente se ha brindado a Centroamérica en su conjunto. Para 2021, sin embargo, el NRC prevé que la situación pueda mejorar con un plan regional de respuesta humanitaria y promesas de fondos tanto desde la ONU como desde Estados Unidos.