El expresidente boliviano Evo Morales sufrió el lunes el lanzamiento de una silla durante un acto en Cochabamba para ultimar los preparativos de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para las elecciones regionales y locales de 2021, si bien el antiguo mandatario culpa a «infiltrados» y no a sectores disidentes de su formación.
El incidente tuvo lugar en la localidad de Lauca Ñ, situado en uno de los bastiones cocaleros de Morales, que tras su vuelta a Bolivia ha asumido la presidencia del MAS.
Entre los asistentes, se escucharon gritos de «renovación» o «fuera» contra el expresidente y otros dirigentes con lo que compartía mesa, según el diario ‘Página Siete’.
La tensión fue en aumento y hasta el escenario llegaron varias sillas, una de las cuales impacta en el propio Morales, como consta en las imágenes difundidas en redes sociales y recogidas por varios medios.
No es la primera vez
No es la primera vez que el antiguo mandatario se ve envuelto en tensiones similares –-el pasado viernes tuvo que esconderse para evitar ser agredido en el departamento de Potosí–, pero Morales se ha esforzado en estos últimos días por esquivar cualquier reconocimiento de división interna.
«Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS-IPSP enviando infiltrados para generar violencia», ha dicho en Twitter tras el último caso. En este sentido, ha defendido que los actos organizados por todo el país «tienen como objetivo la elección democrática y pública» de candidatos.
Morales también ha acusado de «tergiversar» a la «prensa de derecha»: «si estoy en reuniones donde se eligen a candidatos, dice que es ‘dedazo’ y si no estoy que lo hacen en contra de Evo». «No les interesa la verdad. El MAS-IPSP es el partido más grande de nuestra historia y tiene diversas formas de elegir a candidatos», ha esgrimido.