El regulador del comercio mundial de vida salvaje limitó drásticamente el martes la venta al extranjero de elefantes de África capturados en la naturaleza, para zoos o parques recreativos, una decisión celebrada por las oenegés como un gran avance.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) reunida en Ginebra, adoptó esta decisión en sesión plenaria al término de acalorados debates.
El texto recibió 87 votos a favor, 29 en contra y 25 abstenciones, logrando así la mayoría de dos tercios necesaria para ser aprobado.
El 19 de agosto se había adoptado una primera versión del texto, el primer día de la reunión de la CITES que culmina el miércoles.
El documento, presentado por varios países africanos, concluía que solo «los programas de conservación in situ dentro del espacio de reparto natural de la especie» constituían «destinatarios apropiados y aceptables» para esos animales, excluyendo a los zoos o los parques recreativos.
Pero esta decisión suscitó una fuerte oposición de algunos países, como Zimbabue y Botsuana.
Existe una demanda de elefantes salvajes para los zoos y parques recreativos, en particular en China y Estados Unidos, según oenegés. Zimbabue capturó y vendió más de cien crías de elefante a zoos chinos desde 2012, estima el grupo de protección animal Humane Society International (HSI).
Los elefantes de África cuentan con estatus diferentes para la CITES: los de África del oeste, central y del este están clasificados en el anexo I (comercio internacional estrictamente prohibido) y los de África austral en el anexo II.
Los elefantes de Asia se inscriben en el anexo I.
Estrecha puerta
Una intensa campaña de presión -con celebridades como Pamela Anderson, Brigitte Bardot, Jane Goodall- tuvo lugar entre las dos votaciones.
El martes, en sesión plenaria, la Unión Europea presentó una versión enmendada del texto para intentar llegar a un compromiso.
Las enmiendas prevén que los elefantes salvajes capturados podrán ser transferidos a zonas protegidas o hacia programas de conservación, en su espacio de reparto actual o pasado.
Se prevén excepciones en «circunstancias excepcionales», tras consultas a expertos de la CITES y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), o en los casos de «traslados temporales en situaciones de emergencia».
Esta nueva versión generó encendidos debates y se adoptó tras una interrupción de la sesión.
«Es una victoria», celebró Audrey Delsink, de HSI. El texto señala que la prioridad es que los elefantes estén «in situ, en su espacio de reparto actual o pasado», explicó a la AFP.
Los elefantes tienen una vida familiar compleja, no soportan el hecho de ser separados de los suyos y la vida en cautividad, destacan las oenegés e investigadores, de ahí la importancia de mantenerlos en su hábitat natural.
Esta decisión va a «cambiar la vida de numerosas crías de elefantes», alabó Cassandra Koenen, de Wildlife at World Animal Protection, en un comunicado.
Sin embargo, con la existencia de «circunstancias excepcionales», «una estrecha puerta permanece entreabierta, pero traspasarla será difícil», estima la oenegé Robin Wood.
Esta oenegé señala que las transacciones serán examinadas por expertos de la UICN, que se declararon en contra de la captura de elefantes salvajes para ponerlos en cautividad.
«Los solicitantes deberán además probar científicamente que estas exportaciones son beneficiosas para la conservación de los elefantes de África en su hábitat natural», añade la oenegé.
La CITES, creada hace más de 40 años, fija las reglas del comercio internacional de más de 35.000 especies de fauna y flora salvaje y dispone de un mecanismo para sancionar a los países que incumplan esas normas.