El Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Josep Borrell, exigió este lunes al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que detenga la «espiral autocrática», libere a todos los presos políticos, rehabilite los partidos políticos, derogue las leyes «restrictivas» y permita unas elecciones «libres y justas» en el país.
En un comunicado, el jefe de la diplomacia europea acusó a Ortega y a su vicepresidenta, Rosario Murillo, de «querer ganar la elecciones sin competidores», al tiempo que ha denunciado la expulsión de la alianza opositora Ciudadanos por la Libertad «destruye la perspectiva de un proceso electoral creíble y legítimo».
«La oposición ha sido eliminada», subraya el comunicado difundido por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), en el que Borrell recuerda que la UE ha condenado «firmemente» la adopción de «leyes restrictivas» adoptadas por Ortega, así como la «continuada y sistemática represión» y la «detención arbitraria» de rivales políticos, líderes estudiantiles y campesinos, periodistas y empresarios.
«El presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo deben detener su espiral autocrática y cambiar de rumbo. La UE urge a las autoridades nicaragüenses a liberar a todos los prisioneros políticos, rehabilitar los partidos políticos, derogar las leyes restrictivas y permitir unas elecciones libres y justas con el objetivo de la reconciliación y una solución democrática», afirma el jefe de la diplomacia europea.
Vitales para el cambio
Borrell, también enfatizó que «la unidad cívica de todos los actores sociales, económicos y políticos nicaragüenses a favor de un cambio democrático sigue siendo indispensable para construir un futuro mejor», a la vez que ha garantizado que la UE trabajará con la comunidad internacional «para defender el diálogo y la democracia» y para «impulsar el respeto al Estado de derecho y los Derechos Humanos en Nicaragua».
Por último, la UE ha destacado que «seguirá usando todos sus instrumentos para apoyar una salida democrática, pacífica y negociada para la crisis política de Nicaragua» tras recordar que recientemente adoptó una serie de sanciones contra ocho dirigentes nicaragüenses, incluida la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo.
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