La Unión Europea ha atribuido este viernes a Rusia las consecuencias de la guerra en Ucrania en la energía y la seguridad alimentaria, insistiendo en que está en manos del presidente, Vladimir Putin, poner fin a una guerra «sin sentido» y evitar una «catástrofe» alimentaria y energética.
En su intervención en la reunión de ministros de Exteriores del G20 en Indonesia, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha afirmado que la guerra de agresión rusa ha agravado «dramáticamente» la crisis alimentaria, pasando a doblarse en dos años la población que sufre inseguridad alimentaria.
«Una respuesta rápida a muchos de estos problemas sigue estando en manos de un hombre: el presidente Putin, quien debe detener esta guerra sin sentido y evitar una catástrofe alimentaria y energética mundial», ha señalado Borrell en el foro internacional.
El jefe de la diplomacia europea ha insistido en que el bloqueo de grano en los puertos ucranianos es un «intento deliberado de utilizar los alimentos como arma de guerra» contra los países más vulnerables del mundo. Y ha subrayado que Moscú es el único responsable de esta situación y no las sanciones europeas.
«El sector agrícola en Rusia no está en el punto de mira. Nuestras sanciones no prohíben la importación de productos agrícolas o fertilizantes rusos, ni el pago de dichas exportaciones rusas», ha recalcado.
En este sentido, ha recordado las acciones llevadas a cabo por la UE para abordar la crisis alimentaria, empezando por 7.000 millones que movilizará hasta 2024 para responder a la situación, además del apoyo para aumentar la capacidad de producción local y los esfuerzos para sacar cereales desde Ucrania a través de rutas alternativas.