(Dícese «Dios los cría y el diablo los junta», cuando hay dos personas que tienen las mismas tendencias o mañas y por eso hacen alianza)
Crispino Picón Rojas
Atrás quedaron los días en que Alejandro Giammattei y Sandra Torres se tiraban los platos en campaña electoral. El ahora presi, llegó al extremo de solicitar que arraigaran a la populista candidata de la UNE, por todas las demandas que tiene y seguro que al perder las elecciones intentará irse del país para no ir a parar a la cárcel.
Así se expresaba el uno de la otra hace cuatro años. Al llegar a la guayaba, se dio la famosa junta del diablo, porque se hicieron a un lado las diferencias y se pusieron a trabajar unidos en la alianza oficialista en el Congreso. Típico de nuestros políticos criollos, que no hacen más que trabajar por sus intereses.
En fin, veamos lo que ha sucedido en los últimos días y lo que está por venir, pues como diría cualquier argentino, aquí se armó un quilombo, cuando Bernardo Arévalo y Semilla se colaron a la segunda vuelta, dejando por detrás las aspiraciones del delfín Meme Conde, Edmund (Súper Mario) Mulet y la diva de la política, Zury Ríos, quien a la fecha sigue buscando las causas de su estrepitosa caída.
El oficialismo tenía una trinca montada para asegurar que los dos finalistas pasaran a la segunda vuelta fueran parte del Dream Team. Todos ellos formaban parte de la alianza infernal que ha operado los últimos tres años y medio en el país. La idea es que las primeras dos posiciones fueran ocupadas por Zury, Sandra o Meme, y así se aseguraban cuatro años más en la pepena… y que el pueblo siguiera en la pena.
Pero la respuesta del pueblo fue ¡NEL PASTEL, YA NO MÁS!, y el voto nulo les ganó a todos, pero los electores buscaron a alguien que estuviera fuera del sistema oficialista y encontraron a Arévalo, quien sorprendentemente pasó sobre los favoritos del oficialismo y dejó a Raymundo y medio mundo con la boca abierta.
Ese fue el disparador para que la pandilla del MP y sus secuaces los fundaterroristas, se lanzaran sobre una nueva presa. La experiencia no les falta, porque antes acosaron, encarcelaron o enviaron al exilio a jueces, fiscales, periodistas y cuánto opositor del sistema de corrupción sacara la cabeza, y esta vez los lanzaron como perros de caza sobre la nueva víctima: Semilla.
De buena fuente me enteré de que Giammattei y Miguelito –este chavo sí que está en todas– repasaron sus fuerzas: la jauría cuenta con un juez servil incondicional (Fredy Orellana), el MP ni qué decir, la Cony y el Curruchiche siempre están puestos y dispuestos; en las cortes (CSJ y CC) solo se escucha el ¡a sus órdenes Jefe! Y, para hacer eco a todo lo que se haga, los fundaterroristas y los medios de televisión afines a la alianza oficialista junto a los NetCenters, darán la versión de las bárbaras ilegalidades que cometieron los de Semilla.
La estrategia era sacar del camino a ese partido. Así de simple. Sólo buscar un pretexto legal, y a darle palo a los sembradores.
Hasta ahí, todo parecía estar del lado de los malosos, pero no contaban con la reacción interna e internacional. Les cayó duro durante quince días, hasta que tuvieron que pasar a un plan B, porque el retopón fue fuerte y hasta algunos miembros de la alianza sintieron temblor en sus piernas.
Ahora se ha puesto en marcha la maquinaria gubernamental, para hacer que la querida, impoluta, demócrata, leal, inteligente y capaz Sandrita, sea la nueva presidenta y las cosas sigan igual o peor a partir del 14 de enero del 2024.
Esa maquinaria ha puesto a trabajar a alcaldes, diputados, instituciones sociales y todos los recursos de programas gubernamentales, al servicio de la candidata de la UNE.
Me dije para mis adentros: – Pobre Giammattei, ya se olvidó que La Doña dejó tirado hasta el pobre Alvarito Colom cuando se trataba de buscar el poder, su máxima ambición.
Así que mientras el MP sigue rompiendo las marcas de personas enviadas al exilio por su implacable acoso –porque los de Semilla han tenido que salir también por montón–, los demás integrantes de la alianza oficialista trabajan unidos para llevar a La Doña a la presidencia.
Cuando son coyotes de la misma loma, terminan unidos por el diablo.