La Red: ¿Quién quilete?… ¡Yo machete! (La historia de Curruchiche)


(¿Quién quilete?… es una forma de ofrecer algo que se quiere regalar… y se lo lleva quien responde primero ¡Yo machete!)

Crispino Picón Rojas


Sin lograr nunca el reconocimiento de ser un fiscal inteligente, Rafael Curruchiche, ha sabido escalar en el Ministerio Público (MP) de Consuelo Porras, no tanto por sus habilidades como investigador, sino más bien porque su ambición de escalar le llevó a gritar rápidamente ¡yo Machete!, cada vez que la fiscal general ponía un puesto a disposición y preguntaba  ¿quién quilete?

No vayan a creer que logró escalar por medio de procesos de oposición, por ser chispudo o cosa que se parezca.  Para nada. En el MP actual todo se hace por compadrazgos, por influencias o por intereses, pero nunca se busca que los nombramientos pesen por la calidad profesional, independencia y demás habilidades propias de un buen fiscal.

Me cuentan fuentes de todo crédito, que su papel en la fiscalía de Delitos Electorales, que ocupó antes de llegar a la FECI, se la pasaba silbando, haciendo chistes, bromas –siempre de mal gusto– sin atender el fondo de sus funciones, aunque desde la primera semana en que llegó al cargo de fiscal general Consuelo Porras, se deshacía en coqueteos para que ella se fijara en él –en el buen sentido– y buscaba cualquier pretexto para subir a su despacho.

Por eso estaba en el lugar y hora correctos cuando Doña Cony se hartó de Juan Francisco Sandoval, porque el patojo shute estaba dale quete dale con investigar casos que podían poner en aprietos al mero mero de los jefes, Alejandro Gimmattei.  Hasta que el agua le llegó a la coronilla y recibió instrucciones precisas:  — Hay que hechar a ese fiscalito, porque un día de estos nos va a sacar un tamal que no podremos explicar. A buen entendedor pocas palabras.  La fiscal general empezó a buscar a quien poner al frente de la FECI, la fiscalía de más prestigio del MP… en aquel momento.

Llegó el día y entonces lanzó el reto: ¿Quién quilete?  No podía ser otro que su leal y chaquetero fiscal de Delitos Electoral quién dio un brinco y gritó: ¡Yo machete!  Tenía a su nuevo fiscal de la FECI.  Por un momento pensó que no era el más capaz del MP, pero pronto concluyó que, al menos es perseverante, acepta todas las órdenes y, con jueces nuestros, no tendrá problema en lograr las órdenes de captura que pidamos y presentar casos, aunque no tengan el debido sustento.

Aquel perseverante fiscal inició la cacería de brujas que deseaba el Olimpo del MP, se fue contra Raymundo y medio mundo, entre los que se consideraban opositores al régimen, operadores de justicia que estuvieran o hubieran estado en contra de los casos de corrupción y, por supuesto, los periodistas que siguieran la misma línea anticorrupción, porque eso quería decir que estaban contra de aquella administración en pleno.

Aunque nunca pudo mostrarse como un fiscal capaz que presentara los cargos bien sustentados, resultó los agresivo que se necesitaba para justificar las resoluciones judiciales que daban los jueces amigos.  Entre lo más relevante destaca cuando se lanzó como perro rabioso contra el presidente Bernardo Arévalo, los magistrados del TSE, y el partido Semilla.  Se fumó un fraude y quedó en ridículo, declaró ilegalidades en la inscripción de Semilla y no ha podido probar nada y armó un gran tango contra un montón de funcionarios y quedó en ridículo.

Los jueces coyotes de la misma loma, le dicen que sí a todo lo que pide. Lo peor, él era fiscal de Delitos Electorales cuando Semilla se inscribió.  Entonces, en el supuesto de que hubiera ilegalidades, fue en sus propias narices…

Lo triste del caso es que le han pagado mal al pobre Curruchiche, porque queriendo curarse en salud (inmunidad), intentó ganar una magistratura en el Organismo Judicial (OJ), pero ni su jefa, ni los diputados de su línea, ni los operadores cuates que ponen a su antojo a magistrados y cortes, quisieron darle aquel machete añorado…  La verdad, lo utilizan, pero ni ellos lo aceptan como amigo. 

Su currículum es tan pobre, que hasta en las Comisiones de Postulación lo sacaron de la lista, porque su calificación no daba para mucho.  Eso sí… sigue siendo el perro fiel de la fiscal general.  Sigue siendo la punta de lanza que utilizan para ir tras los que quieren que termine la corrupción y la impunidad.  Pero el comentario general es que se le ve triste por los tribunales, aunque el 5 de noviembre brincó de felicidad y se puso su gorrita de Donald Trump.  Los patojos hoy le dicen a este tipo de personajes: los recha o looser, porque no los quieren ni en su casa… y el nuevo y flamante presidente de los yunites, nop se junta con esa chusma…