Dícese cuando se atraviesa por una situación muy complicada. Puede ser por violencia, amenazas o persecución…
Crispino Picón Rojas
En el área de espera del despacho de la fiscal general, la Doña, como le dicen a la doctora Consuelo Porras, se escucha el murmullo de una conversación que sostiene con su allegado más cercano, Ángel Pineda, también conocido en el bajo mundo como ¡Yes Master! Ella le acompaña hasta la puerta para despedirlo y con un saludo de manos, ambos replican: ¡amén! ¡amén! Antes de que se marche, ella le dice: recuerde, ¡es una cruzada!
No extraña para nada aquella escena, pues en el Ministerio Público (MP) se promueve una mística que hace pensar a algunos agentes fiscales y empleados que son como una especie de caballeros medievales que deben llevar a cabo la tarea de limpiar al país de impíos (y comunistas), que no son otros que quienes piensan diferente y defienden la democracia y la lucha anticorrupción, ya sean políticos, periodistas, exfiscales o exjueces independientes.
Esta escena ocurrió un viernes, cuando al edificio de Gerona llegó la noticia de que los semilleros –así se refieren despectivamente a los miembros del Movimiento Semilla–, estaban negociando el oro y el moro, para conseguir los votos necesarios para conseguir que de urgencia nacional se aprobaran las reformas a dos leyes vitales para la Doña: la del Crimen Organizado y las del propio Ministerio Público, las dos dirigidas al corazón del MP. Por supuesto, la herramienta de Semilla para endulzar a los dipucacos era nada más y nada menos que Q13 mil millones dirigidos a los Consejo Departamentales de Desarrollo en el Presupuesto 2025. La costumbre ha sido dar fondos vía obras para que los dipucacos distritales los dirijan a sus empresas o empresas coludidas. Por eso es tan mala la calidad de obras en el país.
La tarea encomendada al feroz Pineda fue la de bajarles lo más posible en número de votos comprometidos, y la estrategia, la de recordar a varios parlamentarios que tienen colas largas y que podrían ser objeto de persecución por parte de la fiscalía. Fue un fin de semana intenso, con reuniones y llamadas a celulares hasta con amenazas. — Nada de WhatsApp, se aseguró al trasladar a sus mensajeros este hombre al que llaman la conciencia de la fiscal general en los corrillos del MP.
El lunes a primera hora se reunieron nuevamente en el despacho conocido como el Olimpo: — La cosa está ¡bien yuca! Le tengo dos noticias, una buena y una mala. Le dijo Pineda a la Doña, quien se llenó de inquietud. — La buena es que logramos parar el intento de removerla y siguen sin entender que con la Constitución bastaría; no intentarán reformar la Ley del MP. La mala es que tienen muchas ofertas como para desperdiciarlas y aprobarán la reforma a la Ley Contra el Crimen Organizado que intenta salvar a Semilla como partido político. También aprobarán el Presupuesto, porque es interés de los diputados.
Aunque no cambio su ceño fruncido, la Doña no se descompuso y se alegró mucho cuando le dijeron que un par de dipucacos aceptaron la brillante idea de recetarse un jugoso aumento. — Eso nos dará tiempo para que el bueno de Fredy se haga cargo de traerse a pique a Semilla, antes de que se disipe la atención en el aumentito. Además, nadie sabrá que la idea salió de aquí.
En medio de todo, las cosas no cambiarían demasiado y la estrategia iniciada a principios de noviembre no cambiaría.
La Doña alzó sus manos al cielo e, iluminada, lazó sus feroces órdenes: — que el bueno de Fredy (Orellana) le corte la cabeza a Semilla y cancele el partido antes de que el tal Berney sancione la ley. ¡Nada de dejarlos respirar! El plan general sigue su marcha y nosotros llevamos la iniciativa siempre. Ni siquiera se ha atrevido a enviar la famosa citación para presionarme, porque sabe que le devolveré la jugada… y fuerte.
Viendo todas las escaramuzas y golpes, esto parece una partida de ajedrez muy agresiva de parte de las piezas negras, ante la pasividad de las blancas. Muestra que las cosas para el presidente siguen estando ¡bien yuca!, porque después de doblegar a la pobre Ligia Hernández, piensan ir tras otros semilleros, para acusarlos de lavado de dinero, mientras que el partido sigue en el limbo.
Pero el fin es el mismo: — Nuestro objetivo principal sigue siendo Berney y el tiempo que tenemos es todo el año 2025. Ni las fiestas navideñas los vamos a dejar en paz. La cruzada avanza. Pineda asiente. Traslada las órdenes a los alfiles fiscales, con Rafael Curruchiche como el más dócil a lo interno y una hiena hambrienta contra sus presas. ¡La cosa para el país está yuca!