(Dícese cuando se encuentra algo que se ha estado buscando con afán, interés… y deseo)
Crispino Picón Rojas
Todo se concretó en una tarde lluviosa de octubre el año pasado. Era un día jueves cuando se escuchó en Casa Presidencial el grito: !Eureka! Finalmente se había terminado la búsqueda para que hubiera un delfín, pero todo estaba saliendo tan bien, que en vez de uno había tres, dos mujeres y un hombre, aunque era el varón el que mejor disposición había mostrado en las entrevistas realizadas los días previos.
Me explico. La alianza oficialista estaba diseñando la estrategia para continuar en el poder cuatro años más. No se trata de que gane el mismo partido, sino que sea uno con los mismos intereses, la misma determinación y una visión similar para mantener el statu quo, o lo que es lo mismo, que nada cambie.
Fueron tres días de entrevistas intensas. Se trataba de determinar si alguno de ellos, Sandra Torres, Zury Ríos y Manuelito Conde, estaban en total disposición para continuar con los planes estratégicos de la alianza y mantener sólido el sistema político que tan buenos resultados les ha dado hasta el momento.
El tamiz de entrevistadores era el personal de confianza del mero mero. El primer filtro no podía ser otro que el de Miguelito Martínez. Había que pasar por varios filtros y el segundo era la Thatcher del Ministerio Público (MP) –así le gusta que le digan o la reconozcan–, la Cony Porras. El tercer filtro fue el más complicado, pues se trata de un gurú de la sicología que trajeron de los yunaites –no pude averiguar su nombre–, porque dizque es experto en saber cuándo las personas mienten y puede anticipar cuál será su comportamiento ante diferentes situaciones que se le puedan presentar.
Las conclusiones de los tres filtros llegaron al despacho presidencial y la última entrevista fue face to face entre los candidatos y Jandro Giammattei, con la asesoría del gurú gringo, quien le aconsejó como llevar cada una de las entrevistas.
Al parecer había mucha desconfianza en torno las dos mujeres. Ambas fueron fieles durante el tiempo previo a la campaña en las votaciones importantes en el Congreso. Las dos juraron lealtad a los principios de la alianza y se rasgaron las vestiduras diciendo que no emprenderían una persecución contra la pareja imperial.
Según me cuentan, la Porras hizo su mejor esfuerzo para estar segura de que no la quitarían del hueso antes de terminar su período, una de las cosas que la alianza quiere mantener. Dicen que les hacía hablar una y otra vez sobre sus planes sobre la justicia, y que los tres coincidieron en que tienen que retener el MP, la CC y la CSJ, aunque sobre esta última si hubo ligera discrepancia, ya que Conde pretende prolongar a los actuales, mientras que Sandra quisiera que las elecciones se hicieran a finales de este año, pero siempre con el fin de mantener cooptada la justicia.
Pero al fin de cuentas, los tres pasaron las pruebas, por lo que el presi feliz, grito ¡Eureka! Cuando llegó a su humilde vivienda en la zona 15 para celebrar el logro con Miguelito, a quien le dijo levantando un poco más su ceja izquierda: – Fíjate que todo nos salió a pedir de boca. Zury, Manuelito y la Sandra están perfectamente alineados. No hay duda que, cualquiera de ellos que gane, seguirá con el absoluto control de las cortes, mantendremos algunos militares de confianza en los puestos clave y ninguno de los tres moverá un dedo para perseguirnos. Si a los gringos se les ocurre ir contra nosotros, se toparán con el mismo discurso: !!!nuestra soberanía no se vende ni claudica!!!
Se sirvieron una copa de su vino Chardonnay, el preferido de la pareja para ocasiones como esta, y empezaron a mover sus vaticinios. – La Zury es la que más chance tiene. Su cara bonita la hace parecer buena y tranquila. No saben que es la más determinada de los tres. La pobre Sandra seguirá siendo poderosa y aliada importante en el Congreso, pero no gana ni a patadas y si todo falla, pues de repente nos suena la flauta con Manuelito.
Lo importante es que tienen tres cartas «ganadoras». Ya sacaron del camino a Roberto Arzú, que venía creciendo mucho, también a Thelma Cabrera, que podía tener un discurso incendiario, pero aún les falta quitar del camino a a Edmond Mulet. – No sea que una sorpresa desagradable se traiga al pique a nuestros tres delfines. Llamaron al MP y al TSE para que le cierren ¡de todas todas! las vías para su candidatura. – Los que tenemos que estar cabales somos nosotros, rieron antes de irse a dormir.