(BRINCOS DIERAS: Dícese cuando se refiere a algo que quieres alcanzar, pero que está fuera de tu alcance en realidad)
Crispino Picón Rojas
Hace meses se juntaron y acordaron desarrollar una trama llamada por ellos: dar muerte al Rey. En realidad, es una conspiración diseñada por la vieja alianza, aquella que se formó en tiempos de don Alejandro Giammattei y Miguelito Martínez, con el fin de impedir que don Bernardo Arévalo asumiera la Presidencia de la República y les arrebatara el poder Ejecutivo, su principal fuente para mantener llenas caletas y cuentas en el extranjero.
La lista de los conspiradores es demasiado larga como para poder incluirla aquí, pero los personajes principales –que mueven a los demás títeres– son la pareja de tortolitos mencionada, la fiscal general, Consuelo Porras, los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC), Leyla Lemus, Dina Ochoa, y el ahora presidente Nester Vásquez Pimentel, así comoel diputado Álvaro Arzú Escobar. En un primer momento se integró también Sandra Torres, pero le causaron baja al ver lo inútil que resultaba tras la cachimbeada que le pegó Arévalo en la segunda vuelta.
Y es que la trama la iniciaron entre la primera y segunda vuelta electoral, pero desde entonces hacen micos y pericos, pero no les salen bien sus entuertos, porque pueden tener mucho poder en sus manos, pero sus habilidades reales no son como ellos creen. Por eso es que hacen una, hacen dos…tres… y siguen, pero de cada 20, apenas una o dos dan en el blanco.
Por eso es que están como la gran diabla. Saben que tienen en su bolsa a jueces, magistrados, diputados, y a un montón de peleles que bailan al son que les tocan, pero finalmente desde que asumió el semillero, no han podido pegar ni un solo jonrón.
Ciertamente tienen a raya al pobre Bernie y su equipo de trabajo, pero hasta ahora poco es lo que le han quitado de sueño, aunque no dejan de conspirar mañana tarde y noche.
Como líder de esta vieja alianza ha quedado Doña Cony, quien cada vez que los reúne les asegura que, ya mero mando para el Congreso al Señor Presidente y al bote a sus ministros, para dar el jaque mate.
Lo malo –para ellos–, es que Alvarito Jr. no ha logrado mantener la fuerza parlamentaria de aquella alianza y, por el contrario, el oficialismo parece ganarle la batalla y ahora hasta se dan el lujo de tener 107 votos para aprobar la ampliación presupuestaria, que supondría un gran aliento para que el Gobierno finalmente pueda arrancar y hacer algunas cosas en su primer año de administración.
Según me cuentan, uno de los problemas que han tenido en el Legislativo para mantener esa nefasta unidad con varios partidos, ha sido el malacara deAllan Rodríguez, quien espanta a sus propios amigos, no solo por la cara, sino por su tonito autoritario y mandón. En cambio en la CC, marchan al ritmo que impone su presidente.
En todo caso, el antejuicio contra el presidente no tiene visos de prosperar como presume Doña Cony y, en última instancia, parece improbable que lo vayan a desaforar los diputados, como hace seis meses aseguraba al grupo Alvarito Jr.
El problema es que a la mandamás del MP se le acaban las ideas y las que le presenta su achichincle Rafael Curruchiche, no sirven ni para asustar con el petate del muerto. Bueno, lo más brillante que este personaje ha hecho es presentar su papelería en busca de una magistratura del Organismo Judicial, porque ya está viendo negro su futuro en la. Fiscalía y quiere tener al menos inmunidad por ese cargo.
Como todo se ha complicado para impulsar esta trama infernal, ahora quieren ver como se adueñan de las comisiones de postulación, y sus mentes brillantes han llegado a crear sus escenarios: 1) Ideal: que haya impugnaciones y se entrampe el proceso en las cortes y la CC, para repetir la estrategia que le funcionó a Giammattei, al quedarse con la misma CSJ de Jimmy Morales, bien alineada y aceitadita; 2) la más probable: que logren una lista con un montón de candidatos inodores e incoloros –aparentemente–, pero que respondan a sus intereses. Esta estrategia podría, incluso, pasar en el Congreso.
En las comisiones ya saben de sus intenciones y, aunque no se ha medido el poder fuerzas democráticas y las antidemocráticas, hay quienes dicen, ¡brincos dieran!… si esto sucediera.
Un sondeo entre analistas y observadores internacionales me permitió sacar esta conclusión: Pueden seguir tramando y conspirando, pero no está a su alcance dar muerte al Rey, aunque sí mantener empantanado al país.