Es una frustración conocida para los aficionados al cine: querer gritarle al personaje que recoge la maleta equivocada, olvida las baterías de la linterna o asume erróneamente que el asesino está muerto.
Pero los días de gritar con impotencia a la pantalla cada vez que un personaje hace algo tonto podrían estar contados, gracias a una nueva generación de contenido interactivo que brinda al espectador el control de la historia.
El líder de esta movida es Netflix, que está realizando su primer experimento de «narrativas ramificadas» con la serie animada de DreamWorks «Las aventuras del gato con botas» y el programa en stop-motion «Buddy Thunderstruck».
Episodios especiales de ambos programas, disponibles recientemente en el servicio de streaming, trasladan el formato de «elige tu propia aventura» visto en novelas de los años 80 a la televisión por Internet.
En varios tramos de la historia se les pregunta a los espectadores qué debería hacer el personaje a continuación, con la posibilidad de derivar en distintos finales mediante la toma de decisiones a través de sus controles remotos o dispositivos de pantalla táctil.
Otro programa de este tipo, «Stretch Armstrong: The Breakout», saldrá en Netflix el próximo año.
La mayoría de los episodios son los usuales, «lineales y tradicionales», explicó el creador de «Buddy Thunderstruck» Ryan Wiesbrock, ejecutivo de la compañía de medios American Greetings Entertainment.
«Pero Netflix se nos acercó diciendo: ‘Estamos experimentando con la televisión interactiva, ¿les gustaría involucrarse?’ Y dijimos que sí, absolutamente, suena increíble», dijo Wiesbrock.
– Hacer abdicar a la reina Isabel II –
El público ha sido consentido con la posibilidad de dirigir el desarrollo de las historias desde la década de 1980, en juegos de rol y novelas del estilo «elige tu propia aventura», mientras que hoy en día los mejores videojuegos lucen tan bien como la película más opulenta.
Películas como «Wayne’s World» (1992), «Sliding Doors» (1998) y «28 Days Later» (2002) han jugado con la idea de finales múltiples, pero ninguna le permitió al espectador configurar la narración en tiempo real.
El cofundador del estudio de stop-motion Stoopid Buddy Stoodios, con sede en Burbank, Eric Towner, director de «Buddy Thunderstruck», dice que la programación infantil es el lugar natural para empezar, dado que los niños ya tienen el hábito de tocar y deslizar las pantallas.
«Los niños tienden a ver las cosas una y otra vez. El hecho de que puedan verlo de nuevo y sea diferente cada vez, pero en el mismo mundo de ese episodio, es algo único», dijo Towner a la AFP.
Por ahora, Netflix llama a todo esto un experimento, pero el formato podría trascender la programación infantil si varios de sus 100 millones de suscriptores responden positivamente.
El objetivo final podría ser una «House of Cards» donde los espectadores puedan hacer que el presidente Frank Underwood bombardee Corea del Norte, o que en «La Corona» decidan que Isabel II abdique.
«Cuando empiezas a pensar en ello, profundizando e imaginando cosas más complejas de las que hemos hecho, realmente es una locura lo que puedes hacer», dijo Towner.
«Piensa en un programa como ‘Lost’… Sólo saber desde el principio que va a ser interactivo afecta las historias, cómo las cuentas y cómo la gente las recibiría», añadió.
– Una excepción –
Tony Gunnarsson, analista de la consultora de tecnologías de la información y telecomunicaciones Ovum, no cree que el experimento interactivo modifique pronto las ventas globales de programas para adultos.
«En última instancia, creo más probable que este tipo de programación sea principalmente una excepción. Desde luego, Netflix no tendrá narrativas de ramificación en muchas series a partir de ahora», dijo a la AFP.
Sin embargo, la primera película verdaderamente interactiva del mundo ya se ha producido: «Late Shift» (2016), de la empresa suiza CtrlMovie, que ha sido un éxito en festivales de todo el globo.
Los espectadores votan sobre las acciones del protagonista -llevándolo así a uno de siete finales posibles-, mediante una aplicación de smartphone mientras la película transcurre sin interrupciones durante 70 a 90 minutos.
«Este tipo de contenido no ha sido posible en amplia escala hasta ahora», dijo a la AFP Glenn Hower, un analista de medios digitales de la firma Parks Associates. «Podría hacerse en DVD o Blu-ray, pero la experiencia suele ser lenta y perjudicial».
Hower opinó que sería interesante ver cómo el formato podría ser incorporado en la industria en auge de la realidad virtual (VR).
«Consumir contenido en formato VR es altamente personal, y permitir una narrativa libre o incluso semi-dirigida brinda a los consumidores la oportunidad de hacer que este contenido sea todavía más suyo».