Una princesa saudí encarcelada sin cargos hizo el jueves un inusual llamamiento público al rey y al príncipe heredero para pedir ser liberada de una prisión de alta seguridad porque su salud «se está deteriorando».
La princesa Basmah bint Saud, una empresaria de 56 años, fue detenida en marzo del año pasado justo antes de un viaje a Suiza para recibir tratamiento médico, según una fuente cercana a la familia.
Esta petición pública de liberación es la última señal de agitación dentro de la secreta familia real tras el arresto el mes pasado de un hermano y un sobrino del rey Salmán, en un aparente intento de acabar con la disidencia interna.
«Actualmente estoy recluida de forma arbitraria en la cárcel de Al Ha’ir sin cargos penales, ni de otro tipo», escribió la princesa en una carta publicada en su verificada cuenta de Twitter.
«Mi salud se está deteriorando a un punto que es (grave), y que podría provocarme la muerte». «No he recibido atención médica, ni siquiera respuesta a las cartas que envié desde la cárcel a la corte real», prosigue.
Las autoridades saudíes no han revelado los motivos del arresto.
La princesa afirma que fue «arrojada a la cárcel» después de ser «secuestrada sin una explicación» junto con una de sus hijas.
‘Muy crítico’
Pide a su tío, el rey Salmán, y a su primo, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, que la liberen, porque «no ha hecho nada malo» y asegura que su estado de salud es «muy crítico».
La princesa no especifica su enfermedad, pero la carta se ha difundido cuando el reino lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus que se propaga rápidamente.
El gobierno ha impuesto un toque de queda las 24 horas del día en gran parte del país para limitar la propagación del virus. Por el momento Arabia Saudita ha contabilizado 6.380 infecciones y 83 muertes.
Se desconoce cómo la princesa ha podido tuitear desde el interior de la prisión de alta seguridad de Al-Ha’ir, cercana a Riad y conocida por albergar a presos políticos.
Su súplica pública es un acto inusualmente audaz de alguien de la extensa familia real, compuesta por miles de miembros que suelen abstenerse de expresar en público sus quejas internas.
El mes pasado el príncipe Ahmed bin Abdulaziz al Saud, hermano del rey, y el sobrino del monarca, el príncipe Mohamed bin Nayef, que antes era príncipe heredero, fueron detenidos.
El gobierno no ha hecho comentarios sobre estos arrestos que generaron miedo de inestabilidad gubernamental.
Pero una fuente cercana a la corte real desestimó estos temores y afirmó que estas detenciones transmiten una advertencia dentro de la familia real para que no se opongan al príncipe heredero.
El príncipe Mohamed, heredero del trono, ha emprendido una férrea represión de la disidencia desde su ascenso al puesto en 2017.
Numerosas mujeres activistas, clérigos, blogueros y periodistas han sido encarcelados en lo que los observadores califican de represión creciente y autoritarismo.