Se sabía que el COVID-19 da fiebre, tos y dificultad para respirar, pero los otorrinolaringólos advirtieron este sábado de otro síntoma asociado según ellos a la enfermedad, la pérdida del olfato.
Los otorrinolaringólos (ORL) observaron en los últimos días un recrudecimiento de los casos de anosmia», señaló el viernes el número dos del Ministerio de Salud francés, Jérôme Salomon, al hacer su balance diario de la situación en Francia.
Se trata de una «desaparición brutal» del olfato, pero sin nariz tapada, y a veces acompañada de una desaparición del gusto (ageusia).
Esta anosmia descrita por varias personas con COVID-19 puede ocurrir de forma aislada o con otros síntomas relacionados con el virus.
En caso de anosmia, «hay que llamar a su médico de cabecera y evitar la automedicación sin opinión especializada», subrayó Salomon.
Sin embargo, este síntoma sigue siendo «bastante raro» y «generalmente» se observa en pacientes jóvenes, con formas «poco severas» de la enfermedad, precisó el director de Salud.
La sociedad francesa de ORL lanzó el viernes una advertencia sobre el recrudecimiento de estos casos, compartida por médicos en las redes sociales.
«Hay un vínculo evidente» entre la anosmia y el virus, afirmó Jean-Michel Klein, presidente del Consejo Nacional Profesional de los ORL, que ejerce en París.
«No todos los positivos con COVID-19 son anósmicos, pero todos los anósmicos aislados sin causa local, sin inflamación, son positivos de COVID-19», indicó el especialista a la AFP.
Según los primeros casos registrados por la red profesional de otorrinolaringólogos, los pacientes afectados son más bien jóvenes, entre 23 y 45 años. Muchos profesionales de la salud también se verían afectados, entre ellos varios otorrinos.
«Las personas que sienten anosmia deberían confinarse por precaución, y llevar mascarilla, incluso en familia», según Jean-Michel Klein.
Contrariamente a lo que se hace en el caso de una anosmia clásica, el médico recomienda no administrar corticoterapia, «que disminuiría las defensas inmunológicas», o un lavado de la nariz que podría «enviar el virus de la mucosa nasal a los pulmones».
Tras estas primeras constataciones, los otorrinos advirtieron al colegio de medicina general así como al ministerio, que van a estudiar el fenómeno.
Publicaciones alemanas y estadounidenses han observado los mismos síntomas, subrayó Jean-Michel Klein.