La pandemia de covid-19 dio el miércoles otro golpe a la campaña presidencial en Estados Unidos: Joe Biden renunció a aceptar en persona su nominación en la convención nacional demócrata, mientras que Donald Trump está considerando endosar los colores republicanos desde la propia Casa Blanca.
Tradicionalmente, las convenciones partidarias inician la campaña electoral con gran fanfarria. Los delegados nominan oficialmente a su candidato quien, en un publicitado discurso, acepta la postulación y describe sus programas.
Pero el aumento de los contagios del nuevo coronavirus en el país, que llora más de 156,000 muertos, hizo disminuir la magnitud de estos eventos con miras a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Convención demócrata
El miércoles, «ante el empeoramiento de la pandemia», los organizadores de la convención demócrata, programada del 17 al 20 de agosto en Milwaukee, Wisconsin, redujeron aún más los actos previstos.
«Los oradores de la Convención, incluido el vicepresidente Biden, no viajarán a Milwaukee para proteger la salud pública», escribieron en un comunicado.
El exnúmero dos de Barack Obama, de 77 años, pronunciará su discurso de nombramiento desde el estado de Delaware, donde vive, dijeron.
Con esta decisión, la convención nacional demócrata será realizada por primera vez en su historia en un formato completamente virtual.
«Fácil, hermoso, menos costoso»
Trump, cuya campaña de reelección brega con una economía en profunda recesión y un aumento de los casos de covid-19 anunció por su parte que planea pronunciar su discurso de nominación desde la sede del poder en Washington DC.
«Estamos pensando en hacerlo desde la Casa Blanca porque no supone traslados. Es fácil. Y creo que es un entorno hermoso», dijo el mandatario en una entrevista con Fox News.
Es «de lejos lo menos costoso para el país», agregó, tras apuntar las ventajas «desde el punto de vista de la seguridad».
Original
El discurso de investidura de Trump iba a ser originalmente un acto masivo de la convención nacional republicana en Charlotte, Carolina del Norte, prevista del 24 al 27 de agosto. Pero el plan tuvo que descartarse para evitar la propagación del virus, al igual que un intento de trasladar el evento a Jackson, Florida.
Trump dijo sin embargo que la decisión no está tomada y que está dispuesto a cambiar el sitio en caso de que haya alguna objeción.
«Si alguien tuviera problemas con esto, yo podría ir a otro lado», dijo el mandatario.
Actos de campaña
En Estados Unidos, los presidentes que buscan la reelección deben separar los actos de su campaña de las actividades oficiales financiadas por los contribuyentes, por lo que usar la icónica Casa Blanca como escenario para el discurso de aceptación sería como mínimo algo cuestionable.
Pero la pandemia, que imposibilita la realización de mitines y recorridas, priva a Trump de una de sus grandes fortalezas: su capacidad de galvanizar su base electoral en grandes actos masivos donde, para deleite de sus partidarios, asesta golpes sin restricciones.
Rezagado en las encuestas de intención de voto, parece tentado a usar el «podio» privilegiado de la Casa Blanca. Después de varias semanas sin ruedas de prensa diarias, acaba de regresar a las ruedas de prensa diarias sobre la covid-19, que utiliza para defender su gestión y atacar a su rival.
Oráculo
Atrapado en Washington, Trump también ha estado dando múltiples entrevistas en las que enfatiza lo malo que piensa que es Biden, a quien acusa de haberse convertido en un radical bajo la influencia del ala progresista a del Partido Demócrata.
«Joe fue totalmente llevado hacia la izquierda», dijo a Fox News el miércoles.
Durante esta entrevista, Trump admitió que su reelección se había vuelto más difícil, pero con su característico optimismo, citó encuestas favorables que no se han hecho públicas. «Estamos bien», aseguró.
Pero un profesor de historia, considerado un oráculo en Washington por predecir correctamente todos los resultados de las elecciones presidenciales desde 1984, incluida la sorpresiva victoria de Trump en 2016, dijo lo contrario.
Allan Lichtman, profesor de historia en la American University, dijo en una columna en el New York Times que Biden ganará.
Lichtman utiliza un proceso analítico que llama las «13 claves para ganar la Casa Blanca», centrándose menos en los candidatos y más en la posición política de los dos partidos en competencia.
El director de comunicaciones de la campaña de Trump, Tim Murtaugh, dijo que no hay que creerle a Lichtman.
«Son los estadounidenses los que decidirán, no los académicos o los profesores», dijo en CNBC. Y convenientemente señaló: «Esta elección es diferente a cualquier otra».