El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este miércoles que la crisis económica por la pandemia no tiene parangón y que la recuperación todavía es incierta, por lo que recortó fuertemente sus previsiones de abril a una contracción de la economía global de 4.9% en 2020.
La «profunda contracción» – más aguda que la primera estimación de una caída del PIB de un 3% este año hecha en abril – está marcada por una «incertidumbre generalizada», debido a que todavía se desconoce la magnitud y la duración del golpe por la pandemia del coronavirus que ha dejado 472,000 muertos en todo el mundo.
«La pandemia de la COVID-19 tuvo un impacto más negativo en la actividad en la primera mitad de 2020 y se proyecta que la recuperación sea más gradual de lo que habíamos pronosticado«, indicó la entidad multilateral en la actualización de sus «Perspectivas de la economía mundial» (WEO por su sigla en inglés).
El FMI destacó que un componente importante de la crisis es una contracción «profunda y sincronizada» que afecta a las economías avanzadas.
En 2020 este parón generará una caída del PIB de 8% en Estados Unidos, del 10.2% en el Reino Unido, una contracción de 7.8% en Alemania, de 12.5% en Francia y de 12.8% en Italia.
Para América Latina y el Caribe la entidad efectuó un recorte de varios puntos en sus estimaciones para este año y anunció que espera una contracción de 9.4%, con un descalabro de las principales economías: una caída del PIB de 9.1% en Brasil, 10.5% en México y de 9.9% en Argentina.
En China, el origen de la pandemia, la recuperación está en marcha y el FMI pronostica un crecimiento de 1% para este año, dejando atrás un ritmo de expansión de más de 6% en los años anteriores.
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Incertidumbre sobre la crisis
El FMI destacó que por primera vez «se proyecta que todas las regiones experimenten un crecimiento negativo en 2020«.
La entidad multilateral explicó que el escenario de la pandemia creó una combinación única de factores que llevó a esta contracción global, con una caída de los ingresos, una débil confianza de los consumidores durante el confinamiento, a lo que sumó la reticencia de las empresas a comprometerse en nuevas inversiones.
El FMI destacó que espera que en el segundo trimestre del año haya una pérdida de 300 millones de empleos, un golpe que será particularmente duro para los empleados de baja cualificación que no pueden trabajar de forma remota.
La entidad advirtió que el impacto de esta crisis en los hogares de bajos ingresos es particularmente fuerte y que puede llegar a lastrar los progresos en la lucha global contra la pobreza hechos desde la década de 1990.
El FMI espera para 2021 una recuperación global con un crecimiento de 5.4%, con una expansión de 4.5% en Estados Unidos y de 3.7% en América Latina.
El FMI destacó que pese a que proyecta una recuperación, estas cifras para 2021 esconden recortes de hasta 6.5 puntos para algunas economías con respecto a los pronósticos hechos en enero.
El Fondo advirtió que un declive de la actividad más prolongado podría dejar más cicatrices en la economía, incluyendo más cierres de empresas, una reticencia a las contrataciones y más daño económico para los trabajadores.
Una marcada caída del comercio
Otro factor que se suma a la dinámica recesiva es la baja de un 11.9% del volumen del comercio internacional, aún más marcada que la caída de 9% pronosticada en abril debido la debilidad de la demanda de bienes y servicios, incluyendo la industria del turismo.
«Más allá de los riesgos relacionados a la pandemia, la escalada de las tensiones entre Estados Unidos y China en varios frentes, los vínculos raídos entre miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el extendido malestar social, generan desafíos adicionales para la economía», advirtió el FMI.
También es posible que aumenten los costos para las empresas, por los cambios en los hábitos de limpieza para desinfectar equipamientos y las normas de distanciamiento social.
El FMI advirtió no obstante que existe la posibilidad de que la caída sea menos severa de lo pronosticado ahora, pero señaló que «los riesgos a la baja siguen siendo significativos».