Los ministros de Defensa de la OTAN han decidido ampliar la misión de adiestramiento en Irak y aumentar su presencia hasta los 4 mil efectivos, lo que supondrá un «incremento sustancial» con respecto a los 500 militares actuales.
Así lo ha confirmado el secretario general, Jens Stoltenberg, tras la reunión de ministros aliados que ha dado seguimiento a la decisión adoptada hace un año y que, debido a la inestabilidad en la región y las dificultades derivadas del coronavirus, se encontraba en punto muerto.
«Hemos decidido expandir la misión de entrenamiento en Irak para apoyar a las fuerzas iraquíes en la lucha contra el terrorismo y asegurar que Estado Islámico no regresa», aseguró el político noruego.
Aunque señaló que la Alianza irá «paso a paso», indicó que la idea es pasar gradualmente de los 500 efectivos actuales a unos 4 mil y aumentar la presencia geográfica en Irak. «Las actividades de entrenamiento incluirán más instituciones iraquíes y áreas más allá de Bagdad», explicó.
Estabilidad
Stoltenberg ha vinculado la ampliación de la misión al objetivo de mantener la estabilidad del país, ante los últimos ataques, y evitar la vuelta de Estado Islámico. «La prevención es más importante que la intervención», sintetizó, reiterando que la OTAN apuesta por entrenar a fuerzas locales para que sean capaces de garantizar la propia seguridad.
El paso adelante de la OTAN en Irak coincide con la reducción de la presencia de Estados Unidos en el margen de la Coalición Internacional para combatir al grupo yihadista, que llegó a establecer, en primer lugar, un califato de la extensión de Reino Unido y una población de 8 millones. En este contexto se enmarca la ampliación de la misión establecida en 2018 a petición del gobierno de Bagdad y en coordinación con la Coalición.