Belo Horizonte, Brasil
La enésima frustración de la Argentina de Messi prolonga la sequía de títulos de la Albiceste y deja en la cuerda floja al DT Lionel Scaloni, cuestionado desde su nombramiento por su juventud e inexperiencia.
No es que sus números hayan sido malos desde que ausumió las riendas como técnico interino de la Albiceste tras la eliminación en octavos de final del Mundial de Rusia-2018: 8 victorias, 2 empates y cuatro derrotas en los 14 partidos disputados entre amistosos y oficiales.
Tampoco es que en esta Copa América, Argentina haya hecho el ridículo. Estuvo muy cuestionada en los amistosos previos y en la fase de grupos, donde consiguió el pase a cuartos por los pelos. Pero fue de menos a más, y contra Venezuela y ahora en semis contra Brasil mostró mucha mejor cara pese a la derrota.
De hecho, dominó buena parte del partido y mandó dos balones al palo que bien podrían haber cambiado el signo del partido.
«Perder de esta manera es injusto (…) Para Argentina es un golpe menos duro por el hecho que o dejamos todo y jugamos contra una selección grande», dijo Scaloni, exvolante del español Deportivo de La Coruña, entre otros.
Lo que pasa es que Argentina, la bicampeona mundial que no gana títulos desde la Copa América de Ecuador-1993, exige mucho, y más cuando hay hambre de torneos.
Y cuando el pasado mes de noviembre el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, lo ratificó en el cargo, dijo que sería como mínimo hasta la Copa América. Su continuidad dependería de los resultados.
Un camino a seguir muy bueno
Este martes, a medida que se iba confirmando la derrota, no escondió su nerviosismo al reclamarle al colegiado ecuatoriano Roddy Zambrano algunas decisiones que consideró injustas. Como si se jugara el cargo.
Pero en la rueda de prensa posterior al partido, el técnico de 41 años no pareció temer por su futuro al frente de la selección, que deberá jugar el sábado el partido por el tercer puesto contra el perdedor del choque de este míercoles entre Chile y Perú.
«Sin dudas demostramos que este grupo de jugadores siente la camiseta como nadie. Dejamos una imagen para el futuro de esta selección y un camino a seguir muy bueno», dijo.
Luego afirmó que la Albiceleste está por encima de cualquier DT o jugador, y dijo esperar que «el hincha se quede con las cosas buenas y se sienta identificado con el equipo».
Un camino de espinas
No lo ha tenido hasta ahora fácil desde que asumió la riendas de la desesperada Argentina para suceder al despedido Jorge Sampaoli tras la dramática eliminación en octavos de final del Mundial-2018 contra Francia.
De entrada, fue cuestionado porque carecía prácticamente de experiencia en el puesto y sólo había dirigido a la selección Sub-20 que ganó en 2018 el torneo amistoso internacional de L’Alcudia en España.
Luego intentó convencer a Lionel Messi, el astro del Barça deprimido por no haber logrado títulos con la Albiceleste, para que volviera a la selección. La ‘pulga’ terminaría volviendo.
A partir de ahí, a medida que se daban los resultados mediocres y las actuaciones grises, se le iba cuestionado el proyecto y los jugadores elegidos para su nueva etapa.
Bajo su mandato, que inició tras el adios del mítico central Javier Mascherano, quedaron marginados los delanteros Gonzalo Higuaín y Mauro Icardi, y reeaparecieron el Nicolás Otamendi y los atacantes Sergio Agüero y Ángel Di María. Y confió en los delanteros Lautaro Martínez y Matías Suárez.
Un proyecto que, con el permiso de la AFA, pretende continuar.