Jerusalén
Sara Netanyahu, la esposa del primer ministro israelí, fue declarada este domingo culpable de malversación de fondos públicos para pagar comidas, en virtud de un acuerdo por el que aceptó su culpabilidad a cambio de cargos menores.
La esposa del jefe de gobierno, Benjamin Netanyahu, fue encausada por fraude y abuso de confianza en junio de 2018, por presentar gastos de comidas por valor de 100.000 dólares (unos 85.000 euros) a cargo de los contribuyentes, afirmando falsamente que no había cocinero en la residencia oficial del primer ministro.
Su juicio se inició en octubre de 2018.
Sara Netanyahu cerró un acuerdo con la fiscalía y admitió haber gastado indebidamente 175.000 séqueles (44.000 euros).
Aceptó devolver al Estado 45.000 séqueles (11.170 euros) y pagar una multa de 10.000 (2.480 euros).
En contrapartida, los cargos de fraude contra el Estado, que podrían acarrearle una dura pena, han sido reemplazados por otro más leve, de haberse aprovechado del error cometido por una tercera persona, según el acuerdo aprobado por el juez de la corte de magistrados de Jerusalén, Avital Chen.
«El acuerdo alcanzado entre las partes es digno y refleja apropiadamente los hechos y su severidad a nivel penal», dijo Chen en su fallo.
Según el acta de acusación, Sara Netanyahu era sospechosa de haber encargado, entre septiembre de 2010 y marzo de 2013, centenares de comidas a conocidos restaurantes de Jerusalén para ella misma, miembros de su familia e invitados.
La mujer, de 60 años, cuya presencia ha sido constante junto al primer ministro durante su carrera política, negó cualquier acto ilegal durante el proceso.
Problemas judiciales
Sara Netanyahu ya tuvo que hacer frente en el pasado a otras acusaciones. En 2016, un tribunal de Jerusalén otorgó una indemnización a un exmayordomo de los Netanyahu que había acusado al primer ministro israelí y a su esposa de malos tratos.
El jefe de gobierno israelí, de 69 años –13 de ellos en el poder– será interrogado en octubre para responder a acusaciones de «corrupción», «fraude» y «abuso de confianza» en otros tres casos.
El primer ministro, que ganó un quinto mandato en las elecciones legislativas del 9 de abril, niega rotundamente las acusaciones y denuncia una «caza de brujas».
Incluso acusado, Benjamin Netanyahu, no estaría legalmente obligado a dimitir antes de ser condenado y haber agotado todas los procedimientos de apelación, lo cual llevaría años, explicaron expertos.
Incapaz de formar una coalición tras su victoria en esas elecciones, Benjamin Netanyahu tuvo que hacer votar por el Parlamento la propia disolución de la cámara, para evitar que confíe a otro candidato la tarea de formar una coalición.
Esto provocó la convocatoria de nuevas elecciones, que se celebrarán en Israel el 17 de septiembre.