Nuevo escudo, nueva camiseta y Cristiano Ronaldo para ampliar horizontes. Para la Juventus, el fichaje de la superestrella portuguesa fue el elemento central de una estrategia deportiva y económica con vocación internacional, que debe permitir al club seguir siendo competitivo frente a los gigantes europeos.
El mundo de la J: el martes en Turín, un aficionado juventino puede visitar el J-Museum antes de comprar una camiseta, ya sin rayas y con una J como escudo. Luego, tras ver a su equipo medirse al Lokomotiv de Moscú en ‘Champions’, podrá ir a dormir al ‘J-Hotel’, a 300 metros del estadio y del ‘J-Medical’, la clínica privada del club.
Seguramente este aficionado será extranjero, el tipo de seguidor al que la ‘Juve’ apunta hoy en día.
«El caladero de aficionados nacionales ha producido todo lo que podía producir. El club, por tanto, se centra en el desarrollo internacional, lo único que le permitirá seguir el ritmo de los equipos importantes», explica a la AFP Marco Bellinazzo, periodista italiano especializado en la economía del deporte.
Cuando Andrea Agnelli tomó el mando en 2010, el volumen de negocios de la Juventus, sin contar las plusvalías de los fichajes, era de 156 millones de euros. Nueve años más tarde, lo ha triplicado para alcanzar los 495 millones.
«En estos cinco últimos años la Juventus ha dado pasos de gigante. Hoy forma parte de los siete u ocho principales clubes de Europa pero sigue a distancia de los primeros», dice Bellinazzo.
Y es que el Barcelona, el Real Madrid o el Manchester United están acercándose a los mil millones de euros de volumen de negocios.
El efecto Ronaldo
«Si la Juve se queda atascada en las fronteras italianas será imposible alcanzar esos niveles. El Madrid y el Barça están en un mercado mundial, gracias también a la lengua española. Los equipos ingleses también están en un mercado mundial, a través de sus propias marcas pero también la de la Premier League», comenta el periodista del diario Il Sole 24 Ore.
El nuevo escudo y la nueva equipación también fueron pensados para crear una marca menos anclada en su territorio pero más reconocible en los mercados asiático y estadounidense, donde reside el dinero.
Es la misma lógica que impulso al club piamontés a abrir oficinas en Hong Kong y, dentro de poco, en Estados Unidos. La ‘Vecchia Signora’ también se ha diversificado, con una línea de ropa o los bares temáticos Undici, en colaboración con la marca de café Segafredo.
Esta estrategia vivió un fuerte impulso en julio de 2018 por el enorme impacto deportivo y en marketing de la llegada de Cristiano Ronaldo.
De acuerdo a un estudio reciente de la Gazzetta dello Sport, la llegada del cinco veces Balón de Oro supuso directamente un aumento de los ingresos en casi 60 millones de euros en la temporada 2018-19.
Los ingresos por taquilla pasaron de 60 a 74 millones de euros, permitiendo a la ‘Juve’ aumentar considerablemente sus precios sin perder asistencia. Las ventas de camisetas, de su lado, se han doblado y la llegada del luso precipitó la renegociación del contrato con Adidas, que pasó de 23 a más de 50 millones de euros anuales.
En números rojos
El periódico habla también de una explosión del número de aficionados extranjeros y de seguidores en redes sociales, siguiendo la estela de CR7 y de su ejército digital (386 millones de seguidores).
Como resultado, y pese a un salario muy elevado (31 millones de euros anuales), el coste de Ronaldo «ya ha sido amortizado en cierta manera», estima Bellinazzo.
Sin embargo, las cuentas están en números rojos, con una pérdida de 39 millones a 30 de junio, más del doble con respecto al anterior ejercicio. Y el último mercado de fichajes, cuando el club intentó en vano desprenderse de Mario Mandzukic, Emre Can o Daniele Rugani, mostró que el equilibro era frágil.
¿Es motivo para preocuparse? No realmente. «La Juve tiene detrás a Exor (el holding de la familia Agnelli), que tiene un volumen de negocios de 140 mil millones de euros. Así que podemos desechar cualquier problema de continuidad», asegura Bellinazzo.