Sufrió más de un año de hostigamiento por parte del MP y la CSJ
La jueza Erika Aifán soportó más de un año de hostigamiento y acoso judicial por parte del Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por su papel en la lucha anticorrupción, pero luego llegaron además amenazas y hoy la juzgadora ha anunciado su renuncia, al no poder ejercer su cargo con absoluta independencia.
La jueza Aifán es reconocida nacional e internacionalmente por su papel como juzgadora en casos de alto impacto, pero tanto la fiscal general Consuelo Porras, como los magistrados de la CSJ la han visto como un peligro para la alianza oficialista, razón que explica el acoso que ha sufrido desde que se inició la estrategia para destruir cualquier brote de independencia en la justicia.
Los jueces de los tribunales de Mayor Riesgo han sufrido presiones similares, aunque con Aifán se observó una actitud más dirigda para quitarla del camino, tomando en cuenta que en su tribunal se ventilan casos de corrupción que pueden alcanzar a funcionarios o exfuncionarios vinculados al oficialismo del país.
La lista de acoso contra Aifán incluye la presentación de varios antejuicios, uno de los cuáles se está ventilando sin permitir que los alegatos sean públicos como la juzgadora solicitó, con el afán de que no se tengan que dar demasiadas explicaciones cuando se resuelva en su contra.
La noticia ha sido de gran impacto en medios de grupos y organizaciones projusticia, lo mismo que ha impactado en en el grupo de jueces que vienen luchando por la independencia de la justicia, en medio del asalto que se ha dado para controlar la Corte de Constitucionalidad (CC), la CSJ y el MP.
La alianza oficialista ha demostrado que no se detiene ante nada: a) controla ampliamente la CC; b) mantiene ilegalmente en sus cargos a los magistrados de la CSJ para asegurar que todas las resoluciones les favorezcan; c) La fiscal Porras ha operado en contra de fiscales y jueces que se han destacado en luchar contra la corrupción; d) en poco tiempo se impondrá a Porras por reelección o algún candidato que sea afín a sus estrategias.
La salida de Aifán supone un eslabón más en la estrategia de la alianza oficialista, que no da muestras de quererse detener, sino mas bien continúa consolidando su estrategia por terminar con la institucionalidad e independencia de la justicia.
La jueza Aifán ha recibido homenajes internacionales, entre los que destaca el que le entregó el año pasado el departamento de Estado, al incluirla en una lista de las mujeres coraje de todo el mundo, por su lucha contra la corrupción y a favor de la defensa de los derechos humanos.
En Guatemala la organización Jueces por la Dignidad, también se ha pronunciado a favor de exigir que cese el acoso contra Aifán, y ahora se preparan para los siguientes casos que seguramente seguirán, que podrían ser otras dos mujeres que han mostrado coraje en defender su independencia:
El departamento de Estado y la Casa Blanca han manifestado, por diversoso medios y en distintos momentos, su preocupación por el curso que lleva la justicia en Guatemala.
La respuesta de la alianza oficialista ha llegado del propio presidente Alejandro Giammattei, quien se ha quejado públicamente por lo que considera un «acto en contra de la soberanía» del país.