Los amantes del vino en Sudáfrica aplauden la decisión del gobierno de levantar la última restricción a la venta de alcohol, pero es posible que la medida llegue demasiado tarde para salvar miles de puestos de trabajo.
La industria vitivinícola se ha visto muy afectada por las prohibiciones de venta de alcohol impuestas para reducir el número de heridos que llegan a los hospitales, saturados de por sí con los enfermos de covid-19.
La tercera prohibición fue decretada el 28 de diciembre, durante la segunda ola epidémica en Sudáfrica, y se levantó este lunes. Un anuncio beneficioso pero que no les levanta la moral.
«Las empresas del vino se han visto privadas de los ingresos por ventas en el mercado local durante un total de 20 semanas desde marzo de 2020″, resalta Rico Basson, director de Vin Pro, que representa a 2.500 productores y trabajadores de esta industria.
El sector ha perdido más de 8,000 millones de rands (unos 440 millones de euros, 530 millones de dólares) en ventas directas, lo que amenaza la subsistencia de 27,000 personas, explicó en un comunicado.
«Estamos contentos de que las empresas puedan volver a ganar un dinero más que necesario, pero el camino hacia la recuperación será largo y difícil», estima. Y «para algunos es demasiado tarde».
Con la caída del consumo de vino, algunos productores ya no saben qué hacer con la cantidad de botellas almacenadas
Un dolor de cabeza
El país está inundado por 300 millones de litros de excedente de vino y la vendimia ha comenzado.
Muchos viñedos no tienen espacio para almacenar, ni dinero para vendimiar, embotellar y etiquetar la cosecha de 2021.
«La mayoría de los productores no tienen mucha capacidad de cubas. Y como la vendimia comienza, las necesitan para la cosecha de 2021«, explica Gerard Holden, propietario del viñedo Holden Manz. «No hay salida».
«¿Tiro este vino y cosecho pérdidas? ¿O recojo las uvas (…) y las dejo pudrirse en el suelo y me privo de una cosecha en 2021? La gente va a tener que tomar decisiones muy difíciles».
Muchos productores de vino pasan apuros financieros y a algunos les ha afectado psicológicamente.
La industria vitivinícola de Sudáfrica emplea a 269,000 personas, sobre todo en la provincia de Cabo Occidental, según Vin Pro, quien calcula que cada empleado mantiene a una media de seis personas.
Maryna Calow, encargada de comunicación de Wines of South Africa, un organismo que promociona el vino sudafricano para la exportación, predice que el excedente hará caer los precios, cuando los productores, desesperados, se deshagan de las existencias.
Calow teme que 80 bodegas y 350 viticultores quiebren en los próximos seis a 18 meses.
Con la soga al cuello
«Algunas bodegas no cerrarán necesariamente sus puertas, sino que serán vendidas a inversores internacionales o a una estructura más grande», estima.
La primera prohibición de marzo de 2020 afectaba asimismo a las exportaciones a países extranjeros, donde los vinos sudafricanos gozan de buena reputación gracias a su relación calidad-precio.
Los vinos de otros países aprovecharon las circunstancias para llenar el vacío.
El bloqueo de las exportaciones a comienzos de 2020 «comprometió totalmente» la posición en el mercado extranjero, lamenta Carolyn Martin, cofundadora de los vinos Creation Wines.
Muchos viticultores esperaban compensar los ingresos perdidos con la temporada navideña. Fue en vano.Y algunos temen una nueva prohibición en el futuro.
«Todo el mundo habla de una tercera ola. Así que ¿cómo te preparas para eso? No te puedes preparar si te cortan el cuello por sorpresa» con un anuncio de la noche a la mañana, protesta Lieza van der Merwe, jefa de marketing de Merwida Wines.
«Nos pone en una posición incómoda (…) es imposible prever lo que va a pasar», dice.
Vin Pro ha pedido a la justicia que permita a la provincia de Cabo Occidental legislar sobre el consumo de alcohol en su territorio. Y piensa emprender otras acciones judiciales en otras provincias.