- El abandono del sistema de educación en Guatemala es algo que viene de tiempo atrás, pero la persistente huelga de maestros del Sindicato de Trabajadores de la Educación (STEG), bajo órdenes de Joviel Acevedo, saca a relucir una realidad que debe ser cambiada… ¡y pronto!
Análisis de Crónica
Pasaron más de dos meses desde que el sistema educativo público en Guatemala se vio trastornado y más de 300.000 niños y adolescentes sufrieron las consecuencias.
Aulas vacías, miles de niños sin clases y padres desesperados. ¿La causa? Una huelga nacional encabezada por el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), liderado —una vez más— por el eterno Joviel Acevedo, quien lleva más de 20 años siendo la figura dominante del magisterio, pero no para bien de la Educación.
Hasta ayer lunes, la ministra Anabella Giracca anunció que las clases son normales en el 95% de los centros escolares, lo que significa que, aunque débil, el movimiento persiste,
Esta crisis, como muchas anteriores, es apenas el síntoma más visible de una enfermedad más profunda: la descomposición estructural de la educación guatemalteca, en la que un sindicato plagado de corrupción es la punta del iceberg.
El país del rezago
Como sucede en muchos índices socioeconómicos, Guatemala se encuentra, sistemáticamente, en los últimos lugares en los índices educativos de América Latina. Según datos recientes del Banco Mundial y de la UNESCO:
- Solo el 23% de los jóvenes entre 15 y 17 años están inscritos en el nivel medio, el porcentaje más bajo de la región.
- Más del 25% de la población adulta no ha completado la educación primaria.
- El país invierte alrededor del 2.8% del PIB en educación, por debajo del promedio regional del 4.5%.
Un informe regional de 2024 del Programa de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) ubicó a Guatemala en el penúltimo lugar en comprensión lectora y matemáticas, superando solo a Haití. La brecha educativa entre zonas urbanas y rurales —y entre estudiantes indígenas y no indígenas— sigue siendo abismal.
La educación en Guatemala no solo está rezagada: está profundamente fragmentada. Los estudiantes no están aprendiendo lo básico. Estamos fracasando como país, señala la socióloga y educadora Sandra García, quien ha trabajado en diagnósticos para organismos multilaterales.
Joviel Acevedo: entre pactos y parálisis
El dirigente sindical Joviel Acevedo se convirtió en el rostro del magisterio guatemalteco desde el año 2001, y desde entonces ha acumulado tanto poder como críticas. Acusado de convertirse en un intermediario político más que en un defensor de la calidad educativa, Acevedo ha logrado mantenerse en la cima de la estructura sindical a base de pactos con gobiernos de turno, protestas masivas y paralizaciones del sistema.

Durante sus más de dos décadas al frente del STEG, Acevedo ha negociado aumentos salariales, bonos, pactos colectivos y beneficios laborales, pero poco ha cambiado en las aulas. La formación docente sigue siendo deficiente y el currículo nacional continúa estancado, pero el sindicato ha ganado influencia en todas las decisiones del ministerio de Educación (Mineduc), hasta que la actual ministra, Anabella Giracca, decidió no negociar la rectoría de su autoridad.
Cada gobierno que llega le temía o utilizaba a Joviel. Desde la época de Colom nadie quiso enfrentar a un sindicato que puede paralizar al país. Pero mientras tanto, el sistema colapsaba en silencio”, afirma un exfuncionario del MINEDUC que pidió no ser citado, pero quien reconoció que ese movimiento magisterial ha sido nefasto para la Educación.
La reciente huelga de 2025 exigía la homologación completa del pacto colectivo anterior –que le concedía poder dentro del ministerio–, aumentos salariales y el pago de una serie de bonos. El conflicto afectó a un amplio sector –nunca especificado con precisión por las autoridades–, un golpe más al ya deteriorado calendario escolar.
La respuesta del Gobierno del presidente Bernardo Arévalo llegó de inmediato y se presentó un recurso de inconstitucionalidad –que la Corte de Constitucionalidad (CC) no ha resuelto– sobre siete artículos del citado pacto colectivo, por considerar que los mismos afectan la rectoría que la Carta Magna le concede a las autoridades ministeriales y que ha sido usurpada por el STEG.
Anabella Giracca: reto titánico
La actual ministra de Educación, Anabella Giracca, asumió su cargo en enero de 2024 con una mochila pesada: un sistema en crisis, presiones sindicales, infraestructura colapsada, y más de 7,000 escuelas con necesidades urgentes de mantenimiento. Durante su primera comparecencia ante el Congreso, Giracca fue clara: Recibimos un sistema educativo con severas deficiencias administrativas, presupuestarias y pedagógicas. La educación ha sido usada como botín político durante décadas.
La ministra Giracca ha prometido una reforma educativa basada en calidad, innovación y equidad. Pero el camino no será fácil. Su intento de reestructurar la formación docente y establecer mecanismos transparentes de evaluación ha sido recibido con resistencia por el STEG. Aun así, su perfil académico y su vocación por el diálogo le han ganado cierto respaldo entre sectores de la sociedad civil y la cooperación internacional.
Ayer, en La Ronda, la ministra Giracca anunció que «»no cederemos ni un ápice» ante las presiones del STEG, y dio cuenta de 700 maestros que ya han sido sancionados por abandonar las aulas y que 7.000 mil más están «en proceso» por la vía administrativa.
Es así como Acevedo ha encontrado una piedra en su camino siempre dominante. Ahora, la ministra Giracca libra también una batalla judicial en la Corte de Constitucionalidad para mantener, como corresponde, la rectoría del Mineduc, antes compartida entre Acevedo y las autoridadades del Mineduc.
Por esa lucha surgió la actual confrontación, que además de un plantón de varias semanas en Plaza de la Constitución, los bloqueos de carreteras y caminatas de maestros, ha tenido las cortes como escenario de una batalla que está lejos de terminar.
Lamentablemente, según los analistas, es una batalla que dejará como principales perdedores a los jóvenes que han perdido gran parte del ciclo escolar 2025 y pronto deberán ser sometidos a un programa de recuperación que afectará a los estudiantes, pero también a sus familias.
El rostro de la desigualdad
El acceso a la educación sigue siendo profundamente desigual. En áreas rurales, especialmente en comunidades indígenas, las niñas tienen 4 veces menos probabilidades de completar la primaria en comparación con niños urbanos no indígenas. Factores como el idioma, el trabajo infantil, el embarazo adolescente y la violencia estructural empujan al abandono escolar.
Juana Pérez, una madre de familia de Chisec, Alta Verapaz, resume la situación: Mi hija quiere seguir estudiando, pero no hay maestros, la escuela no tiene luz, y ahora no hay clases por la huelga. ¿Qué futuro le espera?.
Este es un caso, pero refleja el efecto negativo que este movimiento ha traído a miles de menores guatemaltecos.
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El índice de retención escolar hasta el ciclo básico es del 54%, uno de los más bajos de América Latina. Además, solo el 16% de los estudiantes que ingresan a primaria culminan el bachillerato en el tiempo esperado.
Para colmo de males, uno de los departamentos con mayor índice de pobreza, desnutrición y bajos niveles escolares es Huehuetenango, el mismo donde el STEG tiene su mayor fuerza y, por ende, donde la huelga ha impactado a más alumnos con escuelas y clases paralizadas.
¿Hacia dónde caminar?
La pandemia dejó cicatrices profundas. La falta de conectividad, la carencia de dispositivos y la poca preparación docente para la enseñanza virtual hicieron que el 80% de los estudiantes perdieran al menos un año de aprendizaje efectivo, según un estudio del ICEFI y UNICEF. A esto se suma la creciente preocupación por la salud mental estudiantil, el aumento de la violencia escolar y la deserción.
Los expertos coinciden en que no bastan aumentos presupuestarios sin cambios estructurales. Se requiere:
- 1. Un pacto nacional por la educación, que involucre a todos los sectores sociales.
- 2. Reforma docente integral, que dignifique la profesión sin ceder ante chantajes gremiales.
- 3. Cobertura con equidad, con enfoques interculturales y de género.
- 4. Evaluaciones serias y políticas sostenidas, más allá del ciclo electoral.
Debemos rescatar la educación del secuestro político. No hay desarrollo posible sin una base educativa sólida, afirma Carlos Aldana, experto en políticas públicas de educación y viceministro en la actual administración.
Guatemala se enfrenta hoy a una encrucijada. Seguir apostando a la inercia y al clientelismo sindical solo profundizará el abismo educativo. La generación que hoy no asiste a clases —por huelgas, pobreza o abandono estatal— será la que mañana enfrente un mundo que no espera. Y sin una educación de calidad, Guatemala continuará atrapada en el ciclo de la desigualdad y la frustración.
La crisis destacada
Guatemala es un país que suele vivir crisis sociopolíticas, una tras otra. La huelga del magisterio bajo la bandera del Sindicato de Trabajadores de la Educación en Guatemala (STEG), ha sido una de las más relevantes este año.
Según el grupo Diestra (Destreza política) en su Evaluación del Gobierno, las Municipalidades y los Cambios Institucionales, que mide la percepción sobre la realidad del país entre líderes de opinión, dirigentes, académicos, comunidad internacional, periodistas, empresarios y de organizaciones sociales, la crisis provocada por el magisterio ha sido la más relevante en lo que va del año.
El informe coloca en primer lugar entre las crisis mencionadas, a la provocada por el STEG, arriba de otras como la de la infraestructura, inseguridad, inacción gubernamental, la confrontación con el MP, y la ingobernabilidad, entre otras.
Esto dice Diestra sobre las diferentes crisis del país:
Unos meses menos críticos: Luego de un primer trimestre caótico al inicio del año en el que hubo fuertes crisis con una mala gestión del gobierno —relacionadas principalmente a la ingobernabilidad— este segundo trimestre muestra una relativa disminución en la intensidad de las mismas y una percepción menos negativa en el rol que el gobierno ha jugado para contenerlas.
La crisis más mencionada en el último trimestre es el conflicto con el STEG, que no sólo afecta la relación laboral con los líderes magisteriales, sino que también repercute en el ciclo educativo. La gestión de esta crisis genera opiniones divididas: para algunos es la continuidad de una tensión histórica, pero la mayoría la percibe positivamente por la firmeza que ha demostrado el MINEDUC, ya que de momento ha logrado contener una amenaza sin ceder completamente.
Otras crisis persisten o mutan como la de infraestructura, que vuelve a ganar menciones, así como la de seguridad, que escala en relevancia, ante el aumento de la violencia en este trimestre.
Aunque algunos creen que la crisis provocada por el STEG ha terminado, la verdad es que no se ha logrado que los maestros depongan su actitud y todo está pendiente, principalmente las resoluciones judiciales y el fallo de la CC sobre las inconstitucionalidades del pacto colectivo.
Indicadores que duelen
Guatemala tiene algunos de los peores índices en materia de educación en la región latinoamericana. Si se parte de reconocer que la educación es motor de desarrollo, significa que el país tiene mucho camino que recorrer.
Indicadores Clave de la Educación en Guatemala (2025)
- Inversión en educación: 2.8% del PIB
- Tasa de abandono escolar (primaria): 22%
- Tasa de analfabetismo (población mayor de 15 años): 18.5%
- Escolaridad promedio: 6.5 años
- Índice de acceso a educación media (15-17 años): 23%
- Infraestructura escolar deficiente: 7,150 escuelas
- Población indígena con acceso limitado a secundaria: 78%
