Bonn, Alemania | AFP |
El secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson se estrena este jueves en la escena diplomática en Alemania, con su participación en un G20 en el que sus socios esperan descubrir qué significa «Estados Unidos primero» para el resto del mundo.
El G20 será la ocasión además para Tillerson de reunirse por primera vez con su homólogo ruso Sergei Lavrov.
La reunión de dos días en Bonn en presencia de los ministros de Relaciones Exteriores de los países que componen este foro comenzará hacia las 13H00 GMT.
Tiene lugar en medio de una importante secuencia político-diplomática, con el desembarco de la administración Trump en Europa para intentar calmar a sus desestabilizados socios a causa de mensajes en muchas ocasiones contradictorios.
El miércoles, una reunión de la OTAN en Bruselas vio al jefe del Pentágono James Mattis llamando a los aliados de Washington a aumentar su gasto militar so pena de ver a Estados Unidos «moderar su compromiso» en la Alianza Atlántica.
Este fin de semana tendrá lugar la Conferencia sobre la Seguridad de Múnich (Alemanaia), la gran cita anual de los principales actores mundiales de la defensa, en la que participará el vicepresidente estadounidense Mike Pence.
– ‘Mucha incertidumbre’ –
«Hay mucha incertidumbre sobre qué quieren, qué esperan», dijo una fuente diplomática europea. «La reunión (del G20) permitirá aclarar las posturas estadounidenses de este momento», agregó.
El nuevo secretario de Estado estadounidense ha dejado a la Casa Blanca diseñar el nuevo rumbo diplomático del país.
El miércoles, el presidente Donald Trump confirmó la ruptura con la postura tradicional de Estados Unidos sobre el conflicto palestino-israelí, al considerar que la «solución de dos Estados», piedra angular de los esfuerzos de la comunidad internacional desde hace medio siglo, no era la única posible.
«No hay plan B más allá de la solución de dos Estados», advirtió el secretario general de la ONU Antonio Guterres.
En Bonn, se espera que Tillerson se pronuncie asimismo sobre las relaciones con Rusia, en un momento en que Washington muestra una actitud veleidosa hacia Moscú.
El expresidente de la petrolera ExxonMobil, cercano al presidente Putin, se reunirá por primera vez Lavrov.
«Discutiremos sobre Ucrania y otras cuestiones de importancia (…) como nuestras relaciones diplomáticas, que se encontraban en un impass con la administración anterior», declaró en la víspera la portavoz del ministerio ruso de Exteriores, Maria Zajarova.
Pero en Rusia se respira cierta inquietud. Tras abogar por un acercamiento con Moscú durante la campaña presidencial, Trump reclamó esta semana la restitución de Crimea a Ucrania, un jarro de agua fría para las autoridades rusas, que esperaban un rápido levantamiento de las sanciones internacionales aplicadas por este asunto.
Sobre el encuentro planeará el escándalo en Estados Unidos por los supuestos vínculos entre el entorno de Donald Trump y Rusia antes de su llegada al cargo, una polémica que ya le costó el puesto a Michael Flynn, personaje central del equipo cercano del presidente estadounidense sobre las cuestiones de seguridad.
– Fricciones con China –
En Bonn, el jefe de la diplomacia estadounidense también verá por primera vez a su homólogo chino, Wang Yi, aunque de momento no hay confirmado ningún encuentro bilateral.
Varios asuntos suponen una fuente de fricción entre ambos países: con un acercamiento repentino a Taiwán, Trump cuestionó el principio de la «China única», antes de dar marcha atrás; por otro lado, en materia comercial, Pekín se ha convertido, junto a Alemania, en el objetivo preferido de la nueva administración, que acusa a las importaciones chinas de destruir empleos estadounidenses.
El ministerio chino de Exteriores ha dicho que espera que el encuentro del G20 «envíe señales positivas para apoyar el multilateralismo» a nivel mundial.
La inquietud suscitada por el eslogan «America first» («Estados Unidos primero) del presidente estadounidense es generalizada entre el resto de participantes del G20.
«Ningún Estado en el mundo puede ocuparse él solo de los grandes problemas internacionales del momento», advirtió el anfitrión de la reunión en Bonn, el nuevo jefe de la diplomacia alemana Signar Gabriel, alertando contra la tentación de «aislamiento» y la apuesta por las «alambradas», en alusión al endurecimiento de la política de inmigración estadounidenses.
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