Políticas del presidente Bolsonaro han provocado que empeore la situación
La deforestación en la Amazonía brasileña ha aumentado un 56,6 por ciento en los últimos tres años, lo que ha supuesto una pérdida de 32.740 kilómetros cuadrados de vegetación.
Según un informe publicado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, se ha producido un aumento del territorio afectado dado que la deforestación para el periodo abarcado entre 2015 y 2018 fue de 20.911 kilómetros cuadrados.
La investigación apunta a una aceleración del proceso especialmente en la segunda mitad de 2018, una situación que empeoró tras la campaña a la Presidencia de Jair Bolsonaro, que se ha mostrado a favor de desarticular la fiscalización ambiental.
«A partir de ese momento (período electoral), los hechos políticos y legislativos dieron como resultado la fragilidad actual de las políticas e instituciones responsables de la agenda medioambiental, de las acciones de mando y control, principalmente a nivel federal», recoge el texto.
Así, ha acusado al Gobierno de haber inaugurado una nueva «dinámica de la devastación», con un debilitamiento de la fiscalización, una amnistía para los delitos ambientales y medidas tomadas al margen del poder legislativo.
Los datos señalan ahora que entre 2020 y 2021, el estado de Amazonas pasó a ser la segunda región con mayor nivel de deforestación, por detrás de Pará. En tercer lugar se encuentra el estado de Mato Grosso. En este sentido, las tierras indígenas se han visto gravemente afectadas, con un aumento del 153 por ciento de la deforestación en estas zonas.