Heather Lieberman quiere apostar a la posibilidad de inmunizarse. Sandra Rodríguez quiere colaborar con la ciencia por un bien común. Ambas se anotaron como voluntarias en las pruebas clínicas de la vacuna en Florida, un epicentro del coronavirus en Estados Unidos.
«Quiero ser parte de la Historia«, dice Rodríguez, sentada en el cuarto de un centro de investigaciones clínicas al norte de Miami, mientras las enfermeras preparan una inyección.
«Quiero ayudar. Quiero hacer algo bueno y sé que esto es bueno«, cuenta la mujer de origen cubano, una maestra de 63 años.
Los ensayos clínicos de fase 3 —en la cual miles de personas participan en el estudio– están ganando tracción en Florida.
Con más de medio millón de casos de coronavirus y cerca de 9,000 fallecidos, este estado del sureste es el segundo con más casos del país y, por tanto, escenario ideal para probar la inmunización.
De modo que hay mucha acción en los Research Centers of America (RCA). Un centro de investigaciones privado que realiza ensayos clínicos en la ciudad de Hollywood, 40 Km al norte de Miami, y que está trabajando con seis potenciales vacunas contra la covid-19. Dos de ellas están en fase 3: Moderna y Pfizer.
Los voluntarios van llegando uno tras otro, previa cita. Son examinados por un médico, firman un documento y reciben una inyección. Puede ser la vacuna experimental o sólo suero, porque es necesario un grupo de control para tener una base de comparación.
Luego se les pide que esperen un par de horas y son enviados a casa una vez que los expertos determinan que no hay reacciones adversas.
«Nuestra experiencia ha sido buena, no hemos tenido ningún problema con ninguno de los pacientes que hemos vacunado hasta ahora«, asegura Nelia Sánchez-Crespo, médica e investigadora del RCA.
Y los voluntarios «están lloviendo«, dice la doctora a la AFP. «Están muy entusiasmados. Hay mucho deseo de participar en estos ensayos en particular, porque la gente quiere que haya algo pronto».
Se buscan voluntarios
Esta, así como apostar a la posibilidad de inmunizarse, es la motivación de Lieberman. «Valía la pena intentarlo, ¿no? No hay mucho más que uno pueda hacer«, dice la joven de 28 años, mientras aguarda sentada en otra habitación de los RCA.
«O sea, uno no puede vivir en una caja«, añade. Y cruza los dedos para no caer en el grupo de control.
Los RCA están ensayando cada día una vacuna de un laboratorio distinto. Lieberman y Rodríguez eligieron el día que tocaba la mRNA-1273, desarrollada por Moderna y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAID), dirigido por el reconocido Anthony Fauci.
Moderna, una empresa de biotecnología fundada hace menos de una década y que nunca ha introducido una vacuna en el mercado, comenzó los ensayos clínicos de fase 3 el 27 de julio en todo el país.
El mismo día, el laboratorio estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech también anunciaron que avanzaron a estudios de fases 2 y 3 con su vacuna BNT162b2.
Ambas candidatas serán examinadas sobre 30,000 personas cada una, en ensayos realizados por decenas de centros de investigación en todo el país. La mayoría de ellos se concentran en Florida, Nueva York, California y Texas, que son los estados con más contagios.
Los voluntarios tienen que anotarse en una página web y serán llamados. Todos los perfiles son bienvenidos.
«Cada ensayo busca características distintas, definitivamente queremos grupos diferentes», explica Sánchez-Crespo, quien espera recaudar cientos de voluntarios por semana.
«Individuos sanos, socorristas, trabajadores de la salud, bomberos, personas que trabajan en aeropuertos, en restaurantes...», enumera. «Pero también personas de alto riesgo porque tienen problemas médicos como diabetes, EPOC, asma».
Sputnik V
Además de las vacunas de Moderna y Pfizer, una tercera aspirante –de la universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca– inició ensayos de fase 3 en Occidente. Dos más están en esta misma etapa en China.
En tanto, Rusia sorprendió al mundo cuando su líder, Vladimir Putin, anunció el martes que la vacuna de su país, llamada «Sputnik V» en honor al satélite espacial pionero de los años 1950, proporciona «inmunidad duradera» contra el coronavirus.
Putin dijo que 20 países preordenaron 1,000 millones de dosis, pero admitió que aún no habían terminado los ensayos clínicos.
La noticia fue recibida con escepticismo por muchos científicos occidentales, quienes temen que los rusos estén tomando atajos.
«Realmente dudo» que los rusos hayan «probado definitivamente que la vacuna es segura y eficaz«, comentó Fauci el jueves.
En tanto, Washington lleva invertidos más de 10,000 millones de dólares en seis proyectos de vacunas y firmó contratos que garantizan la entrega de cientos de millones de dosis.
«Hemos visto mucho entusiasmo con este ensayo», dijo Bárbara Corral, enfermera practicante de RCA. Los voluntarios «realmente quieren formar parte de algo grande».