Taiwán tiene la reputación de ser una de las democracias más progresistas de Asia, donde hay, por ejemplo, muchas más mujeres diputadas que en otros países vecinos, pero la campaña presidencial que se lleva a cabo en esta isla está inundada de misoginia e insultos sexistas.
Las mujeres políticas de la isla son objeto desde hace varios meses de insultos personales y de comentarios sexistas relacionados especialmente con su aspecto.
Empezando por la más conocida, la presidenta Tsai Ing Wen, de 63 años, que postulará para un segundo mandato el 11 de enero. Al igual que en campañas anteriores, fue atacada en repetidas ocasiones por no tener cónyuge ni hijos.
El presidente del Kumintang (KMT, oposición), Wu Den Yih, utilizó recientemente un término argótico para calificar a Tsai de «mujer desafortunada» que había llevado la desgracia a su pueblo.
Por su parte, el candidato presidencial del KMT, Han Kuo yu, de 62 años, hizo referencia a dos personajes famosos de una vieja novela erótica china comparándolos con Tsai y su compañero de lista.
«Cultura política inaceptable»
Candidato a la vicepresidencia bajo la bandera del Kumintang, Chang San Cheng afirmó que Tsai no podía entender a los padres porque era «una mujer que nunca había dado la vida».
La presidenta deploró en Facebook una «cultura política inaceptable». «No permitiremos tales ataques personales contra las mujeres», advirtió.
Ex primer ministro y exvicepresidente, Wu Den Yih se disculpó diciendo que respetaba a las mujeres y que sus críticas apuntaban al balance de la presidenta, no a su persona.
Este año, las elecciones presidenciales despiertan particular interés debido a las tensas relaciones con Pekín, que continúa considerando a la isla como una provincia renegada que debe regresar al seno de China, por la fuerza si es necesario.
La elección de Tsai en 2016 fue un gran revés para el poder chino, ya que surgió de un movimiento, el Partido Progresista Democrático (PDP), que tradicionalmente defiende la independencia.
Mujeres con poder en Asia
Tsai, profesora de derecho, exasesora del gobierno en cuestiones de comercio internacional, se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia en 2016.
Y es una de las pocas mujeres con poder en Asia que no proviene de una poderosa dinastía política.
Sin embargo, los comentarios sexistas no van dirigidos solo a ella.
Chen Chu, figura destacada del PDP, que cumplió seis años de prisión bajo la dictadura, recibió repetidas burlas por su aspecto.
El presidente del KMT la llamó «cerda gorda», mientras que el alcalde de Taipei, Ko Wen Je, jefe del recién creado Partido del Pueblo de Taiwán, la presentó como «Han Kuo, pero más gorda».
Fuerzas Conservadoras
En teoría, Taiwán puede parecer un ejemplo de lucha por la igualdad de género en la política.
Además de la elección, por primera vez, de una mujer a la presidencia de la isla, las elecciones de 2016 dieron acceso al Parlamento a un 38% de mujeres, una proporción mucho mayor que cualquier otra democracia de Asia.
A título comparativo, el 29% de los diputados elegidos al parlamento filipino son mujeres, frente al 17% en Corea del Sur o el 10% en Japón, según cifras de la Unión Interparlamentaria de enero 2019.
La imagen progresista de Taiwán se fortaleció todavia más cuando la isla se convirtió este año en el primer territorio de Asia en legalizar el matrimonio homosexual.
Pero el sexismo permanece muy presente. Y las campañas electorales son siempre la ocasión de verlo manifestarse.
«Taiwán ha hecho progresos en materia de igualdad entre las mujeres, pero las fuerzas conservadoras siguen siendo poderosas», explica a la AFP Tseng Chao Yuan, de la organización Awakening Foundation, que aboga por los derechos de las mujeres.