Viena es conocida por su glorioso pasado musical y no tanto por su audacia cultural, pero el miércoles, para el concierto que marca los 50 años de existencia de la célebre orquesta sinfónica de la radio de Viena (RSO), la batuta la llevará una mujer.
Al asumir en septiembre la dirección de esta famosa orquesta, la estadounidense Marin Alsop, de 63 años, se convirtió en la primera directora permanente de orquesta nombrada en Austria. «Viena tiene la reputación de ser muy conservadora», reconoce la que fue una de las primeras mujeres en llevar una carrera internacional en este ambiente muy masculino. «Sin embargo fui muy bien acogida», asegura.
Los melómanos ven esta llegada a la capital de las obras maestras de Mozart, Beethoven, Mahler y tantos otros con benevolencia. «Siento que la ciudad está lista, creo que el tiempo en que todo estaba muy codificado pasó», dice un espectador octogenario, Günther Slezak, tras asistir a una de las repeticiones de la RSO, que existe con ese nombre desde 1969.
Paridad de género
Durante mucho tiempo Viena fue guardiana de un templo inmutable, heredera de la cultura del imperio austrohúngaro, pretexto prosaico para mantener un verdadero espíritu de casta.
La Orquesta Filarmónica de Viena, el más famoso conjunto austriaco, que seduce cada año a millones de espectadores para el concierto de Año Nuevo, retransmitido en más de 90 países, fue una de las últimas en feminizarse, recién en 1997.
A principios de los años 2000, la Orquesta de la Ópera de Viena se negó a ser dirigida por una mujer, designada para reemplazar al jefe enfermo.
«Cuando me ofrecieron a Marin, me puse tenso», explicó Christoph Becher, director de la RSO, durante un debate sobre la paridad de género entre los directores de orquesta. «Presenté su nombre a mis músicos y estaban entusiasmados».
En Viena, que sigue siendo una referencia para la enseñanza de la música, el 55% de los estudiantes son mujeres. Pero en las clases de liderazgo, las mujeres se cuentan con los dedos de la mano.
«Al principio de mi carrera», cuenta Marin Alsop, «a veces me seleccionaban creyendo que era un hombre, por mi nombre. Y cuando llegaba, las caras se licuaban». Todavía hoy, sólo 4% de los directores de orquesta del mundo son mujeres. La nominación de Marin Alsop coincide con la de otra mujer a la cabeza de la Academia de Música y Artes del Espectáculo de Viena, otra primicia. Esta universidad también fijó objetivos de diversidad para los directores de orquesta, lo que no parece chocar a la gran mayoría de los estudiantes varones.