Con la voz quebrada, la actriz de «Los Sopranos» Annabella Sciorra contó el jueves que la violación que sufrió a manos de Harvey Weinstein en los años 90 la dejó en estado de «convulsión» y traumatizada, al testificar durante el juicio del exproductor de Hollywood en Nueva York por crímenes sexuales.
Sciorra, de 59 años, relató al jurado de la corte penal estatal de Manhattan cómo Weinstein la tornó adepta al Valium y la violó una noche del invierno boreal de 1993-1994 tras irrumpir violentamente en su apartamento de Gramercy Park, en Manhattan, cuando ella le abrió la puerta en camisón.
«Fue tan desagradable que mi cuerpo comenzó a temblar de una manera muy inusual. Ya ni siquiera sabía lo que estaba ocurriendo», dijo, subiendo los brazos y sujetándose las muñecas para mostrar al jurado cómo fue que Weinstein, tres veces más pesado que ella, la dominó.
«Me empujó a la cama (…) Se subió encima mío y me violó. Puso su pene dentro de mi vagina y me violó», dijo.
«¿Dijo alguna cosa?», le preguntó la fiscal Joan Illuzzi-Orbon. «Dijo ‘Mis tiempos son perfectos'», respondió Sciorra, secándose las lágrimas.
Contó que luego el acusado le dijo «Esto es para ti» y le practicó sexo oral contra su voluntad.
Sciorra dijo que la violación la dejó traumatizada y deprimida, y que comenzó a consumir grandes cantidades de alcohol y a cortarse a sí misma durante un par de años.
Contó que el acusado intentó luego entrar una vez a su habitación de hotel en Londres, pero ella no se lo permitió. Y luego a su habitación de hotel durante el festival de Cannes en 1997, cuando apareció en la noche en ropa interior con una botella de aceite para bebé en la mano. Ella llamó al personal, «y él se fue», dijo.
«Temía por mi vida»
Durante años Sciorra dijo que guardó el secreto.
«Quería pretender que nunca sucedió (…) En esos tiempos yo pensaba que una violación era algo que te sucedía en un callejón, por parte de alguien que no conoces».
Sciorra dijo que estaba demasiado asustada como para llamar a la policía, y que recién contó su historia en octubre de 2017, al periodista Ronan Farrow de la revista The New Yorker.
La actriz agregó que meses antes fue contactada por un supuesto periodista que ella cree trabajaba para Weinstein. «Temía por mi vida», afirmó.
Weinstein, de 67 años, es acusado de practicar sexo oral a la exasistente de producción Mimi Haleyi contra su voluntad en 2006 y de violar a la actriz Jessica Mann en 2013, en un caso emblemático para el movimiento #MeToo contra el acoso y la agresión sexual.
«Una actriz profesional»
La fiscalía espera que el testimonio de Sciorra ayude a convencer al jurado de que el acusado es un depredador sexual. Su presunta violación ocurrió hace tanto tiempo que el delito ha prescrito, y por eso no forma parte del proceso.
Weinstein se declara inocente y asegura que todas sus relaciones fueron consensuadas. Si es hallado culpable, enfrenta una pena máxima de cadena perpetua.
La jefe del equipo de la defensa, Donna Rotunno, llevó a cabo el contrainterrogatorio, intentando sembrar dudas sobre su testimonio y la credibilidad de esta testigo clave.
Retomando el relato de Sciorra, la abogada subrayó aparentes incoherencias e imprecisiones, como las fechas de la presunta agresión y los otros encuentros con Weinstein citados por Sciorra.
Destacó que la testigo es «una actriz profesional» habituada a presentarse como alguien «que no es».
Su contrainterrogatorio, cortés pero firme, debe continuar en la tarde del jueves.
En sus alegatos iniciales el miércoles, el abogado de Weinstein Damon Cheronis dijo que Sciorra contó una vez que cometió «una locura» con Weinstein. «No lo describió como violación porque no lo fue», dijo.
Más de 80 mujeres han denunciado a Weinstein por acoso, agresión sexual o violación desde que estalló el escándalo sobre sus presuntos abusos en octubre de 2017.
Pero la mayoría de los delitos han prescrito, y el otrora poderoso magnate del cine solo es juzgado por los presuntos delitos cometidos contra Haleyi y Mann.