El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha ordenado a sus cuerpos diplomáticos que hagan todo lo posible para moderar la tensión con Estados Unidos durante el periodo de transición presidencial hasta, como mínimo, el próximo 20 de enero, cuando el presidente electo, Joe Biden, asumirá formalmente el cargo.
En este sentido, el Gobierno norcoreano ha avisado a sus embajadores de que recaerá sobre ellos toda la responsabilidad si «ocurre algún problema relacionado» con Estados Unidos, según ha hecho saber el diputado Kim Byung Kee, tras recibir una evaluación de los servicios de Inteligencia del país, informa la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.
Asimismo, los servicios de Inteligencia surcoreanos han trasladado a los diputados sus impresiones sobre cierto estado de «ansiedad» que parece afectar a las autoridades de Corea del Norte por las implicaciones estratégicas que comporta la victoria de Biden, dado que podría anular cualquier acuerdo alcanzado con la anterior administración del presidente saliente, Donald Trump.
Jong Un no ha aceptado la derrota de Trump
Kim Jong Un es uno de los pocos líderes mundiales que aún tiene que felicitar, o incluso reconocer, al presidente electo, sobre todo después de que el presidente chino y gran valedor internacional de Corea del Norte, Xi Jinping, lo hiciera el miércoles.
Expertos consultados por Bloomberg dan casi por descartado un acercamiento entre la futura Administración Biden y Corea del Norte, que incluso podría celebrar una prueba de misiles estratégicos para «saludar» al nuevo mandatario, como ya hiciera con sus dos predecesores Barack Obama y Donald Trump.
Concretamente, no descartan que esa prueba se trate de la del nuevo misil intercontinental presentado al mundo en el gran desfile militar celebrado en Pyongyang el pasado mes de octubre. «Necesitan demostrar que ese proyectil es de verdad, y probablemente lo probarán cuando estén listos«, considera la subdirectora de Open Nuclear Network, Melissa Hanham.
Sobre los resultados de la prueba, la experta considera que no es necesario un alto grado de éxito para demostrar el carácter disuasorio del proyectil. «Corea del Norte sólo necesita que sus misiles balísticos intercontinentales sean lo suficientemente precisos para alcanzar Estados Unidos», ha añadido.
Nueva estrategia
Con todo, el equipo de Biden probablemente concederá más espacio para las negociaciones que el demostrado por la política de «paciencia estratégica» de su predecesor demócrata, Barack Obama.
Aunque Biden describió a Kim como un «matón» en uno de los debates presidenciales de octubre, el presidente electo se ha declarado preparado para hablar con el líder norcoreano y percibe medidas reales para reducir su arsenal nuclear.
De hecho, en un artículo de opinión de 2017 en el New York Times, el próximo secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, respaldó un acuerdo negociado con Corea del Norte «que primero congelaría y luego revertiría el programa nuclear de Corea del Norte, con el uso inspectores para examinar cuidadosamente su cumplimiento» antes de llegar a un tratado más integral.