El líder norcoreano, Kim Jong Un, llegó este miércoles a Vladivostok para su primera cumbre con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que Corea del Norte buscará apoyos internacionales en su pulso con Estados Unidos.
“Espero que esta visita sea exitosa y útil y que pueda, en las conversaciones con el presidente Putin, hablar de manera concreta de la solución en la península coreana y del desarrollo de nuestras relaciones bilaterales”, declaró el norcoreano a la televisión rusa en una parada de su trayecto.
El encuentro en Vladivostok, en el Extremo Oriente de Rusia, será el primero entre el líder norcoreano y un jefe de Estado desde la cumbre de Hanói en febrero con el presidente estadounidense Donald Trump, que terminó sin un acuerdo sobre el arsenal nuclear del Norte.
Previamente, la agencia oficial norcoreana, KCNA, informó de su partida desde Pyongyang al amanecer del miércoles.
El tren blindado privado de Kim pasó el miércoles por la ciudad fronteriza rusa de Jasán, según medios rusos, donde fue recibido con pan y sal, como marca la tradición.
“Nuestro presidente mantendrá conversaciones el jueves con el líder norcoreano Kim Jong Un”, había anunciado horas antes a los periodistas Yuri Ushakov, especificando que el encuentro tendrá lugar en la ciudad de Vladivostok.
“La reunión se centrará en la resolución político-diplomática del problema nuclear en la península coreana”, precisó Ushakov y agregó que “Rusia tiene intención de respaldar de todas las formas posibles las tendencias positivas” en este ámbito.
Según Ushakov, no se prevé que haya un comunicado conjunto ni que se firmen acuerdos.
Las expectativas en torno a esta reunión no han cesado de aumentar desde que el Kremlin la anunció la semana pasada.
En Vladivostok, un importante puerto ruso a orillas del Pacífico situado a unos 200 kilómetros de la frontera con Corea del Norte, banderas rusas y norcoreanas ondeaban en las calles en previsión de la cumbre.
Relaciones amistosas
Será la primera cumbre entre los dirigentes de ambos países desde que Kim Jong Il –el padre del actual líder norcoreano– se reunió con el entonces presidente y actual primer ministro Dmitri Medvedev, hace ocho años.
Rusia mantiene relaciones amistosas con Pyongyang y le suministra ayuda alimentaria. Putin se había declarado desde hacía tiempo dispuesto a reunirse con el mandatario norcoreano.
Tras un 2018 marcado por un espectacular acercamiento entre las dos Coreas y una primera e histórica cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump, la distensión parece haber desaparecido, sobre todo tras el fracaso de la segunda cumbre de Hanói.
Kim se reunió en cuatro ocasiones con el presidente chino, Xi Jinping, en el espacio de un año, tres veces con su homólogo de Corea del Sur Moon Jae-in y una vez con el de Vietnam desde marzo de 2018.
Los analistas consideran que ahora busca mayor apoyo internacional, en el marco de su pulso con Washington.
El papel de Moscú apenas es una sombra de lo que fue en su día día.
Moscú aboga por un diálogo con Pyongyang basado en una hoja de ruta definida por China y Rusia.
Moscú ya pidió que se alivien las sanciones internacionales contra Corea del Norte, en tanto que Estados Unidos acusa a Rusia de haber intentado ayudar a Pyongyang a evitar algunas de las medidas.
Kim Jong Un tenía previsto acudir a Moscú en mayo del 2015 con motivo de los 70 años de la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, pero renunció a hacerlo pocos días antes del acontecimiento.