Londres, Reino Unido
La duquesa de Cambridge Kate Middleton cambió los confortables asientos del palco real de Wimbledon para presenciar este martes el partido de su compatriota británica Harriet Dart, 182ª del mundo, en una pista exterior sobre butacas para el gran público.
Kate Middleton tomó asiento entre los espectadores con entrada general, en uno de los 318 asientos de la pista exterior número 14, donde se enfrentaban Harriet Dart y la estadounidense Christina McHale.
La esposa del príncipe Guillermo se instaló al lado de la británica Katie Boulter y de la capitana del equipo británico de la Copa Confederación, Anne Keothavong.
Kate Middleton, amante del tenis desde hace tiempo, sucedió en 2017 a la reina Isabel II, la abuela de su marido, como presidenta del All England Club, que organiza cada año el torneo.
Tras haber visto cómo Harriet Dart perdía el primer set ante la estadounidense, la duquesa de Cambridge regresó a la pista central, donde jugaban la vigente campeona Angélique Kerber, Roger Federer, ocho veces ganador de Wimbledon, y Serena Willliams, siete veces laureada sobre la hierba de Londres.
Una vez que Kate Middleton se fue, Harriet Dart remontó ante su adversaria para lograr la victoria 4-6, 6-4, 6-4.
Sin embargo, afirmó que la presencia de Kate Middleton al inicio del partido no incidió en su rendimiento. «Ni siquiera me di cuenta de cuándo se fue», declaró la joven británica de 22 años.
«Es genial saber que un miembro de la familia real vino a verme. Es un poco irreal», añadió.
En Wimbledon, asistir a un partido sobre una pista exterior cuesta 25 libras (28 euros, 32 dólares), mientras que los billetes para la pista central se venden a 64 libras (71 euros, 80 dólares). El acceso a la tribuna real está reservada a los miembros de la familia real británica y a los invitados.