La estrella estadounidense Justin Bieber contó sobre los «enormes altibajos» anímicos que experimentó al pasar de ser un ídolo adolescente a «la persona más ridiculizada, juzgada y odiada del mundo».
En una larga publicación el fin de semana en Instagram, donde lo siguen 118 millones de personas, el fenómeno pop de 25 años reflexionó sobre cómo el estrellato infantil desencadenó la depresión y la falta de humildad que lo condujeron al abuso de drogas y a su «resentimiento y falta de respeto hacia las mujeres, y al enojo».
«Me volví distante de todos los que me amaban, y me estaba escondiendo detrás del caparazón de la persona en la que me había convertido», escribió.
«Todos hicieron todo por mí, así que nunca aprendí los fundamentos de la responsabilidad», confesó Bieber, acotando que a los 18 años no tenía «habilidades en el mundo real» a pesar de tener «millones de dólares y acceso a lo que quisiera».
Bieber interrumpió abruptamente su gira de 2017 y luego dijo que necesitaba resolver «inseguridades» antes de volver a la actividad.
Eso ocurrió cuando se había hecho más conocido por sus deslices y actitudes polémicas que por su música, incluyendo golpear accidentalmente a un fotógrafo con su automóvil.
La estrella también enfrentó problemas legales por incidentes que incluyeron circular a alta velocidad en un vehículo deportivo por Miami y tirarle huevos a la casa de un vecino.
En su publicación introspectiva de Instagram, Bieber aseguró que su matrimonio con la modelo Hailey Baldwin junto al apoyo de sus amigos y la fe lo ayudaron a recuperar su vida.
«Afortunadamente, Dios me bendijo con personas extraordinarias que me aman por lo que soy», indicó. «Todo esto para decir que, aunque las posibilidades estén en tu contra, sigas luchando».