AFP/Archivos / Eric CabanisEl cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, durante una conferencia de los obispos franceses celebrada el 15 de marzo del año 2016 en Lourdes, al suroeste de Francia
El cardenal y arzobispo francés Philippe Barbarin, una de las principales figuras de la Iglesia católica francesa, fue condenado el jueves a seis meses de cárcel con suspensión de pena por no haber denunciado a un cura pederasta de su diócesis.
Philippe Barbarin, que no estuvo presente en el tribunal correccional de Lyon (este) para escuchar su sentencia, fue declarado culpable de no haber denunciado un abuso contra un menor entre 2014 y 2015.
Sus abogados anunciaron inmediatamente que apelarán la sentencia. «La motivación del tribunal no me convence. Por lo tanto, vamos a apelar esta decisión a través de todas las vías de derecho existentes», dijo Jean-Félix Luciani.
«La responsabilidad y la culpabilidad del cardenal fueron demostradas con esta sentencia. ¡Es un símbolo extraordinario!», celebró Yves Sauvayre, uno de los abogados de las partes civiles.
Barbarin, de 68 años, fue llevado ante la justicia por un grupo de víctimas por no haber denunciado los abusos cometidos por el padre Bernard Preynat en la década de 1980 y 1990.
Fue juzgado junto a otros cinco exmiembros de su diócesis en momentos en que la Iglesia católica es sacudida por escándalos de pederastia que han estallado en Estados Unidos, Europa, Chile o Australia y la han sumido en una crisis histórica de credibilidad.
Los cinco coacusados fueron declarados inocentes, ya sea porque los presuntos delitos prescribieron o porque no pudieron ser comprobados.
Barbarin se enfrentaba a una pena máxima de tres años de prisión y a una multa de hasta 45.000 euros (54.000 dólares).
Otras dos figuras de alto rango de la Iglesia católica en Francia han sido condenadas por haber encubierto casos de pederastia: el obispo de Bayeux-Lisieux, Pierre Rican, en 2001, y el exobispo de Orléans, André Fort, el año pasado.
– ‘Una gran victoria’ –
El resultado de este juicio, que comenzó en enero, era muy esperado en Francia y el escándalo de los abusos cometidos en la diócesis de Lyon se convirtió en el tema de una película que se encuentra actualmente en cartelera.
«No veo de qué soy culpable», había dicho Barbarin ante el tribunal el 7 de enero. «Nunca traté de esconder y mucho menos encubrir estos hechos horribles».
Este caso salió a la luz en 2015 después de que varias víctimas, ex niños scouts, emprendieran acciones legales contra el padre Bernard Preynat, que será procesado en un juicio aparte. También presentaron una denuncia contra Barbarin por no haber acudido a la justicia, pese a que estaba al tanto de los hechos.
Francois Devaux, uno de los demandantes y cofundador de una asociación de víctimas, celebró este veredicto al que considera como «una gran victoria para la protección de los niños». Devaux fue una de las 85 víctimas del sacerdote Preynat.
El cardenal español Luis Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma, debía también haberse sentado en el banquillo, pero el Vaticano invocó su inmunidad.
Las víctimas acusaban al español de complicidad puesto que Barbarin le había consultado sobre el caso del cura en 2015 y Ladaria le aconsejó que lo apartara de su cargo discretamente.
El mes pasado en una cumbre contra la pederastia de los curas, el papa Francisco se comprometió a tomar «medidas concretas y eficaces» contra esa «plaga» que ha desacreditado la milenaria institución.