Juicio por corrupción a Netanyahu comienza el 17 de marzo

El juicio por corrupción contra Benjamin Netanyahu, único jefe de gobierno en la historia de Israel acusado durante su mandato, comenzará el 17 de marzo, dos semanas después de unas elecciones que se revelan cruciales para su supervivencia política, anunció este martes la justicia.

En un sucinto comunicado, el ministerio de Justicia indicó que el acta de acusación será leída en presencia de Netanyahu el 17 de marzo en la tarde en Jerusalén, dos semanas después de las elecciones legislativas cruciales para el primer ministro que se juega su supervivencia política.

El anuncio de esta fecha tiene lugar en tanto el primer ministro israelí, de 70 años, realiza campaña en vistas de las elecciones legislativas del 2 de marzo, las terceras en menos de un año en Israel, tras consultas en las que mantuvo la paridad con su rival Benny Gantz.

Este último rechazó tras las legislativas de septiembre integrarse a un gobierno de coalición liderado por Netanyahu, considerando que este último debe primero resolver sus diferendos con la justicia antes de pretender el ejercicio del poder.

El primer ministro ha sido acusado durante el otoño (boreal) de corrupción, malversación de fondos y abuso de confianza en tres casos por el fiscal Avichai Mandelblit.

La ley israelí prevé que todo ministro que se encuentre sujeto a un juicio penal debe renunciar a su cargo, pero esta medida no se aplica al primer ministro. Pero, si bien puede permanecer en el cargo, Netanyahu no goza de ninguna inmunidad ante la justicia.

Netanyahu había pedido a principios de enero al Parlamento (Knéset), que le acordase inmunidad tras las próximas elecciones legislativas de marzo, anticipándose a una eventual victoria para obtener la mayoría y de esta manera protegerse de la justicia.

Pero, los partidos opositores convencieron a la mayoría de diputados de examinar su solicitud de inmunidad antes de las elecciones. Ante el rechazo anticipado de su demanda, Netanyahu había retirado a finales de enero ‘in extremis’ su solicitud.

Éste, que lleva 14 años en el poder, la última década sin interrupción, denuncia un complot por parte de sus detractores para provocar un «golpe de Estado» jurídico en su contra.

Sin los partidos árabes

Hasta ahora, el anuncio de su acusación por corrupción no ha movido la balanza política israelí.

Según una última encuesta de la cadena de TV israelí Canal 13, la formación centrista Kahol Lavan («Azul-blanco», colores de la bandera de Israel) del general Benny Gantz obtendría 36 escaños de los 120 que hay en la Knéset (parlamento), contra 33 del Likud (derecha conservadora) de Netanyahu.

Pero, si se cuentan sus respectivos aliados, la izquierda para Gantz, la derecha radical y los partidos religiosos para Netanyahu, ninguno de los dos grandes bloques lograría llegar a 61 diputados, el umbral de la mayoría parlamentaria.

Tras las visitas a Washington, para el anuncio del plan estadounidense para Oriente Medio, y a Moscú, para la liberación de un joven estadounidense-israelí condenado por «tráfico de drogas», y a África para discutir una «normalización» de las relaciones con Sudán, Netanyahu multiplica en estos días sus mítines políticos. 

En las principales arterias de Jerusalén, han aparecido grandes afiches con el lema en hebreo «Bli Ahmed Tibi» –sin Ahmed Tibi– uno de los líderes de la «Lista Unida» de los partidos árabo-israelíes.

Los partidos árabes habían apoyado, sin éxito, tras las últimas elecciones la candidatura de Gantz a primer ministro, con el objetivo de expulsar a Netanyahu del poder. 

«Si un millón de votantes del Likud convencen a otros 300.000 que no votaron en la última consulta, entonces ganaremos a lo grande, formaremos un gobierno de derecha y bloquearemos a un gobierno peligroso respaldado por la ‘Lista Unida'», tuiteó el primer ministro poco después del anuncio del inicio de su juicio.

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