José Alfredo Calderón: Preguntas perversas…

José Alfredo Calderón E.*

Cada cierto tiempo surge la pregunta: “¿Cuándo se jodió Guatemala? Para la minúscula porción de gente informada viene siendo una interrogante francamente pendeja, pero para la gran mayoría de la población que nace, crece, se reproduce y muere en la ignorancia histórica y política, es algo que deberíamos contestarnos; al final, la curiosidad simple y fatua se vende fácil en este bello paisaje tropical.

El cuestionamiento aparenta un origen inocente, pero lo que subyace es una precondición con cierto grado de perversidad[1]: Lo que no se dice pero es fácil traslucir es: “Antes estábamos de al pelo (para usar una expresión coloquial) y poco a poco nos fuimos “jodiendo”. La realidad es otra. Ya desde la época colonial, la Capitanía General del Reino mostraba una oprobiosa estructura de explotación y escarnio que fácilmente supera las historias de esclavitud negra en el sur de los Estados Unidos.   Ya vimos en los artículos anteriores[2], cómo la llamada “independencia nacional” no es más que el primer ejemplo de deslealtad[3] de un militar español, que de representante de la Corona como Capitán General, luego pasa (¡¡el mismo día!!) a ser el primer presidente de las Provincias Unidas de Centroamérica.

Posteriormente, las bases del Estado Nacional que ahora conocemos, se fundan en un “liberalismo ultra conservador”, como si tal condición pudiera ser posible, basando el proceso de acumulación del capital en una reedición del trabajo forzado colonial. Dictaduras cafetaleras de 1871 a 1944 que tienen en la figura de Jorge Ubico, el ejemplo paradigmático de las elites sobre un pasado que fue “mejor” y una forma dictatorial de gobernar que debiera ser referente político moderno (así de avanzadas las elites oligárquicas). De 1954 a 1986, la vergüenza nacional se volvió cotidiana y la sucesión de gobiernos militares se volvió peste. Tres golpes de Estado[4] “corrigen” las imperfecciones que las mismas elites generaron, hasta llegar a una caricatura “democrática” a partir de enero de 1986[5]. ¿Avances? La eliminación sistemática, indiscriminada y brutal de libres pensadores y activistas sociales, deja de ser una política de Estado y pasa a ser “selectiva”. ¿Variantes? La corrupción se vuelve pandémica, galopante, universal y cooptadora del Estado, la cual es vista por las mayorías como asunto moral de elegir “buenas personas” para desempeñarse como funcionarios honestos y no como lo que es: Efecto de causas estructurales e históricas de un modelo económico, político y social COLAPSADO en su totalidad y que urge REINVENTAR.

En la realidad, nacimos jodidos, crecimos jodidos y cavamos un hoyo negro tan grande que el “jodimiento” se reproduce en una espiral que parece no tener fin. Mientras tanto, en el mundo virtual de las redes, todo está resuelto: La abigarrada expresión masiva del pensamiento confuso ya construyó diversas “soluciones” al mejor estilo del “Play Station”.

A dos años de las movilizaciones ciudadanas conocidas como “La Plaza”, la resignación endémica en Xibalbá parece imponerse de nuevo. Falta ese algo y/o ese alguien que indigne y movilice, pero que no se encuentra (o no se quiere buscar) en los actores locales. Y ese algo es FORMACIÓN HISTÓRICA Y CIUDADANA; ese alguien no es otro que el sujeto político formado y comprometido por construir un país de verdad, con visión de largo plazo, consensos sostenibles y la inclusión como eje transversal. A ver si nos ponemos serios y nos juntamos todos aquellos que –sin ser legión–, nos esforzamos diariamente por de-construir desde la academia, las columnas de opinión, el activismo social y la lucha diaria por pensar contracorriente. Por mi parte, espero que los aportes políticos desde el enfoque histórico sirvan para este reto insoslayable e impostergable de crear algo radicalmente diferente. Finalmente, les dejo la frase que me acompaña desde hace mucho. “Creo en el futuro porque yo mismo participo en su construcción,” Jules Michelet.

 

  • Historiador y analista político

Eterno soñador de un país diferente

[1] Puede hablarse de perversidad en el caso de quienes, estando informados del origen y devenir histórico nacional, generan estos distractores que nos alejan de los cuestionamientos críticos y estructurales.

[2] “De historia y resignación endémica en Xibalbá” del 16-03-17 y “Una ficción llamada Guate” del 23-03-17.

[3] Triste herencia adoptada por oficiales militares, especialmente ministros de la Defensa.

[4] 31 de marzo de 1963, 23 de marzo de 1982 y 8 de agosto de 1983.

[5] Ya antes se había ensayado esa caricatura con Julio César Méndez Montenegro (1966-1970), el único   gobierno civil de 1954 a 1985, pero que en la práctica fue dirigido por militares.