José Alfredo Caladerón Historiador y analista político
El maniqueísmo propio de este país, hace que las cosas sean blanco o negro para cualquier situación. De esta cuenta, eres malo o bueno, rojo o crema, comunista o anticomunista, “indio” o “ladino”, y así con una antinomia interminable. La foto que copó los titulares de los medios en torno a la instalación del denominado Frente Ciudadano contra la Corrupción el jueves 1 de marzo, suscitó precisamente eso, posiciones encontradas a favor o en contra, y si mucho, con la aparición de algunos SI/NO con peros. Pero la foto da para más, la imagen transmite muchas cosas y quizá oculte unas cuántas otras, de allí el título de esta entrega.
La intención de este artículo es separarse de la interpretación o preferencia cimarrona y definir algunas premisas metodológicas para el abordaje del significado manifiesto y latente de este Frente Ciudadano. Sin conocer/entender estas premisas, el análisis resulta muy superficial.
- El Frente en sí no puede calificarse de bueno o malo a partir de la sola presencia mayoritaria de élites económicas. Sin embargo, el diseño, la gestión y promoción y, sobre todo, los intereses reales que animan este evento podrían delatar mucho más que la foto misma (bien lograda por cierto).
- Las élites económicas de este país no son un todo granítico e indivisible, nunca lo han sido, pero en el pasado si existía una lógica que los amalgamaba fácilmente en los momentos de crisis.
- Aunque los enfoques de análisis han ido mutando, para efectos didácticos debemos separar el capital oligárquico, el capital propiamente burgués y el capital emergente con todas sus variedades.
- El Poder Oligárquico surge en la Colonia, se consolida con la Reforma Liberal y finaliza con la última dictadura cafetalera (Jorge Ubico). La Reforma Liberal representa la construcción del Estado moderno, racista, excluyente y discriminador, con una acumulación de capital nada liberal pues cohabita con el trabajo forzado y la expoliación más infame. Lo que distingue a este capital es la unión de abolengo y dinero (familias Castillo, Novella, Herrera y otros). Algunos perdieron mucha plata por su propensión a vivir de las rentas sin trabajar y se quedaron básicamente con el abolengo (las familias Aycinena y Beltranena son ejemplos de ello). Por eso es incorrecto llamar oligarcas a los Gutiérrez, pues su fortuna corresponde a un lapso histórico posterior y carecen –a decir de las elites oligarcas– del rancio abolengo que caracteriza a éstas últimas.
- El capital burgués[1] surge a mediados del siglo XX. Muchos de ellos acumularon capital a partir de las facilidades brindadas por la Revolución de Octubre[2]. Ejemplos de esto los encontramos en los Botrán, que vienen a parar a Guatemala por la Guerra Civil española en los años cuarenta y los ya mencionados Gutiérrez. Este segmento de las elites solo puede adquirir status a partir del matrimonio, como bien lo explica Marta Elena Casaus en su libro: Guatemala: Linaje y Racismo.
- El capital emergente es el más reciente y complejo. Sus fortunas pueden provenir de diversas fuentes e incluso combinar capital lícito con el ilícito. Militares enriquecidos al fragor de la guerra, burócratas que acumularon plata a partir del ejercicio espurio de los puestos públicos, primero en contubernio con financistas que los colocaron allí y luego como producto de redes que se independizaron del capital tradicional y que ellos mismos formaron. Constructores que financiaron campañas a cambio de beneficios opacos en la obtención de licitaciones del Estado para obra gris, la cual no está demás decir, se construía con precios inflados y materiales de pésima calidad. En este segmento de capital emergente también hay empresarios dedicados a los negocios lícitos y algunos otros que combinan con los ilícitos. Finalmente está el Crimen Organizado y la Narcoactividad (que no son necesariamente lo mismo).
- Otro elemento básico es entender que el CACIF ya no reúne a todos los empresarios ni “parte el bacalo”. Para explicar esto debemos abordar la existencia del G-8, FUNDESA y algunos personajes como Mario López[3] que no pertenecen a estos entes y que, por el contrario, forma su propia gremial y representa la mayor concentración de Cash Flow (flujo de efectivo). Ángel Gonzáles es otro personaje que afecta la composición tradicional de las élites y que rápidamente ha hecho causa común con el Pacto de Corruptos.
En la segunda parte ampliaremos este numeral 7, para luego abordar algunos hechos en la línea del tiempo y así poder armar un rompecabezas que, aún para los analistas, nos resulta difícil. Solo así se podrá apreciar e interpretar la “foto”.
José Alfredo Calderón Enríquez
Historiador y analista político
[1] El término burgués no se usa con el sentido peyorativo que muchos le asignan sino como categoría económica. La palabra deviene del vocablo alemán Burg=ciudad, donde albergaban los comerciantes pioneros del capitalismo y que fueron llamados en consecuencia burgueses.
[2] En el caso de la familia Gutiérrez, el gobierno de Árbenz salva sus molinos mediante el impuesto a la harina que provenía de México. En todo momento, la Revolución de Octubre nunca fue socialista como muchos de sus detractores aseveran.
[3] Capitalista emergente que ya trasciende el negocio de la telefonía y que es ni más ni menos, el único billonario de Centroamérica. Su fortuna incide más que cualquier otra en la vida no solo económica sino política del país.