Jaguar Energy: Un «cuento chino» que nunca termina

Estuardo Gasparico M.

Tras años de construcción, US$900 millones invertidos y la rescisión del contrato por parte de su principal cliente (Energuate), la generadora eléctrica a base de carbón más grande de la región aún no comienza a producir, por lo que negocia nuevos plazos.

Érase una vez, un grupo empresarial guatemalteco constituido bajo el nombre Jaguar Energy, que en el 2010 anunció con bombos y platillos que daba inicio la construcción de una planta de generación, con capacidad para producir 300 Megavatios (Mw) a base de carbón mineral, para lo cual invertiría US$700 millones.

La obra se ubica en Masagua, Escuintla, cerca de Puerto Quetzal, cuya  construcción se encargó a la compañía china Machine New Energy Corporation, bajo la premisa de que debía estar lista para operar en el 2013.
Para ello, Jaguar cerró un acuerdo de financiamiento por US$350 millones, que incluyó la participación de Bancolombia y del Banco Centroamericano de Integración Económica. El resto del dinero fue provisto por el consorcio internacional AEI (casa matriz de Jaguar).

Hasta el 2013, nadie dijo nada al respecto, hasta que se descubrió que la edificación se hallaba en total atraso, debido especialmente a la demora en la gestión del financiamiento internacional, aparte del retardo en la autorización para el ingreso del personal extranjero especializado, proveniente de China.

Tal situación provocó la erogación de los primeros US$1.64 millones en multas y penalizaciones por retrasos, contempladas en el contrato con las distribuidoras de las empresas de Energuate, compradoras de la energía a generar, suma que en diciembre del 2013 ya alcanzaba los US$36 millones, por lo que Jaguar Energy decidió poner fin al contrato con la constructora china.

Sin embargo, esta contrademandó a Jaguar por US$220 millones por los trabajos ya realizados y exigía quedarse para concluir la obra. Resultado: la obra fue intervenida por orden judicial, cientos de trabajadores de nacionalidad china fueron enviados a un recinto migratorio antes de su deportación y la compañía guatemalteca continuó con la construcción.

Llegó y pasó la fecha fatal

El 18 de mayo -2015- recién pasado, Energuate hizo del conocimiento público que, en virtud del el incumplimiento de Jaguar Energy de las obligaciones contractuales (tenía que haber comenzado a generar a plena potencia el día anterior), se procedía a dar por terminado el contrato para el suministro de energía; como consecuencia, se ejecutaría y cobraría la garantía preoperativa.

Pero pocos días antes, Jaguar Energy había planteado una diferencia en la interpretación de una de las cláusulas del contrato, por lo que inició un proceso para la resolución de controversias por la vía directa.  Esto dio como resultado que llegaran a un acuerdo según el cual, la construcción de la planta concluirá y Energuate comprará los 200 Mw prometidos, aunque Jaguar tiene que pagar penalidades por retraso.

Sin embargo, tras el escándalo de tráfico de influencias y otras anomalías en las que se involucra a Jaguar, nadie sabe si de nuevo se suspenderá el contrato.  O sea que que el final de este cuento, talvez esté lejos.

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