Roma, Italia | AFP |
Silvio Berlusconi, un icono de la política cuya historia en los últimos 25 años se mezcla con la de Italia, perdió el domingo por primera vez el liderazgo de la derecha de su país.
El magnate y tres veces primer ministro, figura entre los grandes perdedores de los comicios del domingo pese a que su coalición de derecha resulta la primera fuerza en el Parlamento con el 37% de los sufragios.
El llamado «sorpasso», es decir la victoria de la xenófoba Liga Norte frente al partido de Berlusconi, Forza Italia, con el que se presentó a los comicios aliado, marca el final de una era para el multimillonario político, de 81 años, que ha sobrevivido a numerosas batallas y escándalos judiciales y sexuales desde que llegó a ser primer ministro en 1994.
«Fuimos penalizados porque no pude presentarme personalmente», comentó el magnate en privado a unos allegados, al referirse a su inhabilitación por fraude fiscal hasta el 2019.
Il Cavaliere resucitó con el rostro acartonado tras someterse a varias operaciones de cirugía plástica, y participó en incontables programas de televisión con el pelo teñido y un fuerte maquillaje para cubrir los varios liftings y retoques.
El hecho de que no se haya presentado este lunes ante la prensa, como es su costumbre, es síntoma de la delicada situación.
«Se ha puesto la palabra fin a la era de Silvio Berlusconi», decretó el lunes el diario La Repubblica, que lo ha enterrado en varias ocasiones.
El hombre que prometió a las instituciones europeas frenar las fuerzas radicales, antisistema y euroescépticas, no pudo cumplir su tarea.
Berlusconi aspiraba también a maniobrar la economía y salvar su imperio financiero en crisis, el cual sufrió este lunes una fuerte caída en la Bolsa de Milán.
No obstante la edad y los problemas de salud tras una delicada operación al corazón, Berlusconi aspiraba a concluir su carrera como el padre fundador de una federación de centroderecha, que uniera desde los defensores de los animales hasta sus aliados de la Liga Norte, la formación más xenófoba de Italia y Hermanos de Italia, de corte neofascista.
El líder conservador, que estuvo en el poder desde 2001, con una interrupción de dos años entre 2006 y 2008, hasta el 2011, esperaba volver a tocar el alma del italiano medio, al que le había prometido un sueldo de 1.000 euros al mes y expulsar a 600.000 inmigrantes sin papeles.
El multimillonario magnate, con un estilo caracterizado por ataques a sus enemigos, se vio obligado a renunciar al cargo de primer ministro en noviembre de 2011, desacreditado por una crisis económica que tuvo a Italia al borde de un rescate internacional.
Sus ataques a la formación antisistema Movimiento Cinco Estrellas, que tildó durante la campaña de «secta peligrosa», pesarán en el momento de negociar con el que hoy en día es el mayor partido del país y fuerza clave para el futuro de Italia.
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en una familia acomodada de Milán (norte), Berlusconi mostró su vocación por los negocios desde la adolescencia, cuando estudiaba en el colegio de los Salesianos.
Animador de locales nocturnos en el balneario de Rimini durante su juventud, capaz de fascinar a turistas durante los cruceros con baladas románticas, Berlusconi siempre ha contado con la lealtad de un grupo de amigos íntimos, quienes le deben sus actuales fortunas.
Vendedor de aspiradoras a finales de los años 1950, Berlusconi se graduó en 1961 en derecho y se dedicó al sector de la construcción, comenzando así una imparable carrera que ha suscitado interrogantes a las que nunca ha dado respuestas satisfactorias.
– Títulos y traiciones –
Condecorado como «Caballero del Trabajo» (‘Cavaliere del Lavoro’) a los 41 años, perdió el título tras la condena en 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en el caso Mediaset.
Pese a las críticas y controversias, Berlusconi fue por casi dos décadas el «líder máximo» de la derecha italiana.
Su último mandato, de 2008 a 2011, estuvo marcado por los excesos y abusos del magnate en el ejercicio del poder, que suscitaron protestas de medios de comunicación, industriales e incluso de la Iglesia católica italiana.
Impecable en su aspecto, ha tenido una tumultuosa vida amorosa, dos matrimonios y cinco hijos, además de numerosas amigas, compañeras y amantes, algunas menores de edad, como la marroquí Ruby, una joven prostituta que solía participar en las célebres veladas al ritmo de «bunga bunga» en su mansión de Milán.