Israel comienza a aplicar desde este miércoles la obligatoriedad de presentar el ‘pasaporte COVID’ para tener acceso a actividades y establecimientos públicos, en un intento por contener un auge de la pandemia, que el martes alcanzó sus niveles más altos de contagio desde el mes de enero.
El Ministerio de Sanidad notificó el martes más de 8,500 nuevos casos de coronavirus, una cifra que se ha reducido ligeramente este miércoles, jornada en la que se han confirmado 7,832 positivos adicionales. No obstante, la cifra de pacientes graves sigue subiendo, hasta los 578.
Las autoridades israelíes han endurecido en estas últimas semanas las medidas contra la pandemia y, a partir de este miércoles, todos los ciudadanos mayores de tres años deben demostrar que han recibido la vacuna contra la COVID-19, han pasado la enfermedad o tienen un test negativo si quieren acceder a restaurantes, museos, universidades o gimnasios, entre otros. Para los lugares de rezo, se establece una excepción siempre y cuando no se junten más de 50 personas.
Protocolos
Las mascarillas son obligatorias en todos los espacios cerrados, así como en los lugares abiertos donde se junten más de cien personas, informa la agencia de noticias DPA. También se han restringido los aforos en término general, tanto al aire libre como bajo techo.
Israel fue uno de los países que más rápido avanzó en la campaña de vacunación, aunque se ha estancado y alrededor del 60 por ciento de la población tiene las dos dosis. Más de 1.1 de personas se han puesto ya una inyección de refuerzo –la tercera–, destinada a los colectivos de riesgo, según los datos oficiales.
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