Irma golpea San Bartolomé y San Martín, y se encamina hacia Puerto Rico

 Haití, mientras tanto, a la espera con temor y desesperanza

Marigot, Francia | AFP |

El huracán Irma causó daños materiales «importantes» en las islas de San Bartolomé y San Martín en el Caribe, luego de tocar tierra en la de Barbuda, y amenazaba a Puerto Rico, Haití y Florida.

El huracán de categoría 5, la máxima en la escala que mide estos fenómenos, se desplaza hacia oeste-noroeste y amenaza Anguila, las islas Vírgenes británicas, la punta este de Puerto Rico y quizás Haití.

Este es el recorrido que sigue el huracán.

El ojo del huracán, de unos 50 km de diámetro, permaneció alrededor de una hora y media en la isla francesa de San Bartolomé y azotó luego la franco-holandesa de San Martín.

El mar «está golpeando con una extrema violencia» en las costas y hay una «gran sumersión de las zonas bajas del litoral», señaló la agencia meteorológica francesa Météo France.

«Los daños materiales ya son importantes», declaró Annick Girardin, ministra de Ultramar francesa, quien habló de «tejados arrancados» y cortes en las comunicaciones entre París y estas islas francesas de las Antillas.

Giradin anunció en Twitter que el miércoles por la noche partirá hacia Guadalupe, «con nuevos refuerzos humanos y materiales para la zona».

El huracán Irma tocó tierra este miércoles de madrugada en la isla de Barbuda, con vientos de hasta 295 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, y sigue avanzando por el Caribe.

El avión en el que viaja el papa Francisco hacia Colombia tuvo que desviar su ruta para evitar este fenómeno.

La isla francesa de Guadalupe, más al sur de las Antillas, no sufrió el azote tan temido. La alerta roja de ciclón fue levantada este miércoles.

Cuando pasó por el Atlántico, Irma tenía «una intensidad sin precedentes», dijo Météo France.

Ya es más potente que los huracanes Luis (1995 San Martín), Hugo (1989, 15 muertos en Guadalupe) y Harvey, que recientemente azotó Texas y Luisiana provocando la muerte de 42 personas y más de 100.000 millones de dólares en daños materiales.

– ‘La casa tiembla’ –

El paso del ojo del ciclón se vio acompañado «de una tranquilidad temporaria y engañosa», como un sifón que genera una fuerza centrífuga y por lo tanto un vacío. Pero a esto le sigue un «muro de nubes y vientos que provocan las condiciones más extremas», advirtió Jérôme Lecou, de Météo France.

En San Bartolomé, «el viento se intensifica, la casa tiembla», señaló Bruno, de 57 años, contactado por teléfono en esa isla francesa. Por el ruido, Bruno, que ya conoció a «Hugo, Maryline, Luis, Gonzalo, Georges», estimó que Irma «es más violento que Gonzalo o Maryline. Respecto a Hugo, lo sabremos después».

El ministro del Interior francés, Gérard Collomb, precisó que «de momento» no se habían señalado pérdidas humanas en San Martín.

En la parte holandesa de esa isla, la televisión pública holandesa, NOS, indicó que el huracán provocó «enormes daños», y mostró imágenes tuiteadas por Radio Caraïbes International, que mostraban coches abandonados medio sumergidos y barcos dañados o destruidos.

«Recibimos informaciones de tejados arrancados en Barbuda» y en Antigua, declararon por su parte los servicios de socorro allí presentes.

Todavía hay «incertidumbre» con respecto a Florida, señaló Lecou. ¿Llegará Irma a la costa oeste o a la este? «Los dos escenarios son plausibles», indicó.

El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el estado de emergencia en Florida, Puerto Rico y las Islas Vírgenes para liberar fondos en caso de emergencia ante el paso de Irma. La evacuación de las islas de Key West, en el extremo sur de Florida ya está en curso.

«Vigilo de cerca el huracán. Mi equipo, que hizo y hace un muy buen trabajo en Texas ya está en Florida», tuiteó el presidente.

En Haití, en cambio, que aún no se repuso del huracán Matthew de octubre pasado, la población apenas fue alertada de la llegada de Irma. La AFP constató que en los barrios pobres de la segunda ciudad del país, Cabo Haitiano, con las viviendas de techos de chapa que no resistirán al huracán, nadie fue alertado.

Por su parte, el multimillonario británico Richard Branson afirmó, no obstante, estar decidido a no abandonar su isla privada -Necker Island-, en las Islas Vírgenes británicas.

«Nos refugiaremos en la bodega de vinos de paredes de hormigón», tuiteó.

Sin ayuda estatal, haitianos están a su suerte ante inminente paso de Irma

Cabo Haitiano, Haití | AFP |

La mención de la palabra «huracán» sorprende a los habitantes de la pobre barriada de Shada, ubicada al borde del río y en el corazón del Cabo Haitiano: a pocas horas del paso de Irma, ninguno ha sido informado del riesgo en que se encuentran.

«Yo no sabía que iba a llegar un ciclón, porque no tenemos electricidad aquí, entonces no podemos recibir información», explica Jacquie Pierre, señalando su pequeño televisor, cubierto con un mantel.

Desde comienzos de año, a esta joven de 25 años se le ha inundado dos veces su casita y la sola mención del paso de un huracán de categoría cinco por allí, le aterroriza.

«Tengo miedo, pero no solo por mi vida y la de mis hijos, también por todo el mundo, somos todos haitianos, somos como una familia», asegura, mientras se aferra fuertemente a su hija de tres años.

Al escuchar los comentarios de su vecina, Pierre Valmy asoma la cabeza desde su refugio, rudimentariamente construido con placas y tablas de madera.

«A menudo, el agua se desborda e invade toda la zona, pero nunca por un huracán«, asegura Valmy. «Si un gran ciclón va a llegar hasta aquí, es el fin del mundo para nosotros», se lamenta este hombre, con la mirada perdida.

– Faltan refugios –

El centro de operaciones de urgencia, ubicado en la periferia de la segunda ciudad de Haití, no ha lanzado campañas de sensibilización a los habitantes porque los equipos de la protección civil están ahora enfocados en contabilizar los equipos y personal disponible.

Como el mandato de la misión de la ONU termina en octubre, los cascos azules han puesto fin a sus operaciones, dejando al país caribeño sin la maquinaria pesada que ha servido para atender las inundaciones estacionales que afectan la región de Cabo Haitiano.

«Ya no tenemos el apoyo de la Minustah (misión de Naciones Unidas para la estabilización de Haití) y, en el departamento, no hay muchas ONG que manejen el tema de la gestión de riesgos, lo que hace la situación difícil», reconoce Jean-Henri Petit, coordinador técnico de protección civil.

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