Irán anunció este domingo el hallazgo de un campo petrolero con reservas estimadas en 53 mil millones de barriles, que aumentarían en un tercio sus reservas nacionales, una «buena noticia» para un país enfrentado a sanciones económicas estadounidenses.
«Hemos encontrado un yacimiento de petróleo con [reservas estimadas en] 53.000 millones de barriles», declaró el presidente iraní, Hasan Rohani, durante un discurso en Yazd (centro).
Este hallazgo podría aumentar en un tercio las reservas probadas del país. Estas se situaban en 155,600 millones de barriles a finales de 2018, según la última edición del «Balance estadístico de la energía mundial» publicado por el grupo BP.
Este situaba a Irán en el cuarto puesto mundial, por detrás de Venezuela, Arabia Saudita y Canadá. La noticia podría hacerle ganar una posición.
El yacimiento, de 2,400 km2 de ancho y 80 metros de profundidad, se extiende, según Rohani, «de Bostan a Omidiyeh», dos ciudades de la provincia de Juzestán, en el suroeste.
Es «un pequeño regalo del gobierno al pueblo de Irán», declaró Rohani, en un momento en el que el país sufre las sanciones económicas que restableció Estados Unidos en 2018.
El PIB iraní debería caer un 9,5% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Magnífico campo»
Los iraníes se enfrentan en el día a día a una inflación de dos cifras, que disminuye gradualmente, y a una devaluación del rial que infla considerablemente los precios de las importaciones.
El FMI prevé en cambio una estabilización del PIB el año que viene.
Rohani aprovechó el anuncio de la «buena noticia» petrolera para garantizar que la economía iraní está estabilizándose: «Nuestro pueblo atravesó días difíciles el año pasado [pero] pienso que ahora Estados Unidos ya no tiene esperanzas», lanzó.
«Hoy anunciamos a Estados Unidos que somos una nación rica, y que a pesar de su hostilidad y de sus crueles sanciones, los obreros y los ingenieros iraníes del petróleo descubrieron este magnífico campo», añadió el presidente iraní.
Queda por saber en cambio cómo se beneficiará Irán de este descubrimiento. El país tiene grandes dificultades para vender su petróleo al extranjero, debido a las sanciones que Estados Unidos reanudó cuando abandonó el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 en Viena.
En mayo, Washington suspendió las exenciones para los ocho principales compradores de petróleo iraní, y reforzó la presión sobre países como China, India y Turquía para encontrar otros proveedores de crudo que no fueran Irán.
Teherán respondió a las sanciones estadounidenses reduciendo progresivamente sus compromisos alcanzados en el pacto sobre su programa nuclear.
«Caso de 2,700 millones de dólares»
Irán anunció el jueves que había reanudado las actividades de enriquecimiento de uranio en su planta subterránea de Fordo, que había paralizado en virtud del acuerdo de 2015.
La región del Golfo es escenario de tensiones desde hace seis meses, con un dron estadounidense abatido en junio por Irán, capturas de petroleros, y ataques contra navíos extranjeros atribuidos a Teherán, que lo desmiente.
El domingo, Rohani habló también de los casos de especuladores que se han enriquecido con la crisis en el país, decenas de los cuales han sido juzgados y otros cientos ejecutados.
Pidió a la justicia «explicar a la población los casos de corrupción de varios miles de millones de dólares». «¿Adónde fue a parar el dinero?», se preguntó.
Rohani habló en especial de «un caso de 2.700 millones dólares» cuyo sospechoso fue «detenido, condenado a muerte y que se encuentra actualmente en prisión», aunque el dinero que habría malversado sigue en paradero desconocido.
El presidente hacía referencia al parecer al hombre de negocios Babak Morteza Zanjani, reconocido culpable en 2016 de haber desviado 2.700 millones de dólares durante el mandato del expresidente Mahmud Ahmadinejad.
«En este gobierno, no se perderá ni un rial, ni un dolar. Esto pertenece al pasado», añadió Rohani.
Zanjani se enriqueció especialmente ayudando al anterior gobierno a esquivar las prohibiciones sobre las ventas de petróleo iraní, dentro de las sanciones internacionales que pesaban contra el país antes del acuerdo de Viena.